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Un reciente estudio liderado por la profesora Gemma Harvey de la Universidad Queen Mary de Londres ha puesto de manifiesto el papel crucial que desempeñan los animales en la configuración de los paisajes terrestres. Esta investigación, publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences, es la primera síntesis global que identifica a 603 especies, géneros o familias que influyen en los procesos de la superficie terrestre. Desde los enormes montículos de termitas que pueden ser visibles desde el espacio hasta los hipopótamos que crean sistemas de drenaje y los castores que construyen humedales completos, los hallazgos reflejan la sorprendente diversidad e importancia de estos ‘ingenieros naturales’.
Impacto en los ecosistemas y la biodiversidad
El estudio revela que la energía colectiva generada por estos animales en su labor geomórfica es comparable a la provocada por cientos de miles de inundaciones. Este hallazgo subraya la relevancia de los animales en la dinámica de los ecosistemas, donde, a pesar de que los hábitats de agua dulce representan solo el 2,4% de la superficie del planeta, albergan más de un tercio de estas especies significativas.
Entre las principales conclusiones, se destaca la diversidad inesperada de las especies que participan en la construcción del paisaje. Más allá de los ejemplos icónicos como los castores y los salmones, el estudio incluye una amplia gama de insectos, mamíferos, peces, aves y reptiles que desempeñan funciones cruciales en sus respectivos ecosistemas. Por ejemplo, las termitas en Brasil crean vastas redes de montículos que pueden abarcar miles de kilómetros cuadrados, mientras que la actividad de los salmones durante la desove puede mover tanto sedimento como lo haría una inundación anual.
La profesora Harvey enfatiza que esta investigación demuestra que el papel de los animales en la configuración de los paisajes de la Tierra es mucho más significativo de lo que se había reconocido anteriormente. La pérdida de biodiversidad, que afecta a casi el 30% de las especies identificadas como raras, endémicas o amenazadas, podría tener consecuencias profundas para los ecosistemas y los paisajes que sustentan.
Por último, estos hallazgos ofrecen nuevas perspectivas para la conservación de la biodiversidad y la restauración de ecosistemas. Iniciativas como la reintroducción de castores para restaurar humedales son ejemplos de cómo aprovechar estos procesos naturales puede ayudar a enfrentar desafíos ambientales como la erosión y las inundaciones.