
La reciente reunión de líderes de la OTAN en Francia ha puesto de manifiesto las tensiones y diferencias en torno al futuro de la seguridad de Ucrania tras un posible acuerdo de paz con Rusia. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha subrayado la importancia de mantener una unidad entre Europa y Estados Unidos en lo que respecta a la responsabilidad de la seguridad, rechazando cualquier idea de una división de funciones entre ambos.
Scholz, tras el encuentro, enfatizó que “no debe haber división de seguridad y responsabilidad entre Europa y los Estados Unidos”, reafirmando que la OTAN se basa en la acción conjunta y el riesgo compartido para garantizar la seguridad de sus miembros. Esta declaración se produce en un contexto en el que la administración del presidente estadounidense Donald Trump busca un acuerdo que ponga fin al conflicto en Ucrania, y donde se ha indicado que no se prevé un papel para las tropas estadounidenses o de la OTAN en la seguridad post-trato.
Postura de los aliados europeos
Durante la cumbre, el primer ministro británico, Keir Starmer, manifestó que el Reino Unido está “listo y dispuesto” a proporcionar garantías de seguridad a Ucrania, incluyendo el envío de tropas británicas. Sin embargo, el primer ministro polaco, Donald Tusk, dejó claro que su gobierno no tiene intención de enviar soldados a Ucrania, subrayando que “tales reuniones no terminan en decisiones” y resaltando la necesidad de una estrecha cooperación con Estados Unidos.
La reunión, convocada por el presidente francés Emmanuel Macron, también contó con la participación de líderes de Italia, España, los Países Bajos, Dinamarca, así como representantes de la OTAN y la UE. Entre los asistentes, el ministro de Relaciones Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, criticó la postura de los países presentes, calificándolos de “naciones belicistas que han seguido una estrategia errónea” en relación con el conflicto ucraniano.
La situación en Ucrania sigue siendo un tema de gran preocupación para Europa, y la falta de consenso entre los aliados sobre el papel que deben desempeñar en la seguridad del país refleja las complejidades de la política internacional actual. A medida que se desarrollan las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia, la comunidad internacional observa con atención los posibles desenlaces que podrían influir en la estabilidad de la región.