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La empresa estadounidense Nikola Corp., conocida por su enfoque en camiones eléctricos y de hidrógeno, ha solicitado protección por bancarrota tras no lograr asegurarse un comprador ni recaudar fondos adicionales que le permitan mantener sus operaciones. Este acontecimiento marca el final de un ascenso y caída notoria en la industria automotriz, recordando las vicisitudes que enfrentan las startups en un mercado cada vez más competitivo.
En su mejor momento en 2020, Nikola alcanzó una valoración superior a los 30.000 millones de dólares, superando a gigantes como Ford y cerrando un acuerdo multimillonario con General Motors. Este acuerdo fue considerado un hito en el sector de las empresas emergentes que se hacen públicas a través de fusiones inversas y compañías de adquisición de propósito especial (SPAC). Sin embargo, la ilusión generada por su meteórico ascenso se vio empañada por escándalos que involucraron a su fundador y ex-CEO, Trevor Milton, quien fue declarado culpable de fraude en 2022.
Un camino marcado por la controversia
Las controversias en torno a Nikola comenzaron cuando Hindenburg Research, un conocido vendedor en corto, expuso irregularidades en las operaciones y la tecnología de cero emisiones de la compañía. A pesar de que Nikola comenzó la producción de sus camiones eléctricos y de pila de combustible en 2022, los resultados han sido decepcionantes, con solo 600 vehículos producidos hasta el tercer trimestre del año pasado, muchos de los cuales han sido objeto de retiros debido a defectos, generando pérdidas significativas.
Desde que Steve Girsky asumió el cargo de CEO en 2023, ha intentado mantener la empresa en marcha, pero el capital de Nikola ha disminuido drásticamente. En una reciente conferencia, se alertó a los inversores que la compañía solo contaba con suficiente efectivo para operar hasta el primer trimestre de 2025, lo que genera preocupación sobre su viabilidad futura. Nikola reportó 198 millones de dólares en efectivo al finalizar el tercer trimestre.
Girsky, quien anteriormente trabajó como analista bancario y en General Motors, ha expresado que Nikola está en conversaciones con diversos socios potenciales que valoran su trabajo y sus logros. Sin embargo, el panorama para las startups de vehículos eléctricos es sombrío, ya que muchas de ellas, al igual que Nikola, han enfrentado investigaciones federales y han estado envueltas en escándalos y inestabilidad ejecutiva.
Desde principios de diciembre, las acciones de Nikola han cotizado por debajo de 2 dólares por acción, un contraste notable respecto a su cierre histórico de casi 80 dólares en junio de 2020, lo que resalta las dificultades que enfrentan muchas de estas empresas emergentes en un sector que, aunque prometedor, se encuentra lleno de desafíos y turbulencias.