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Los puntos finales en los mensajes de texto: ¿aumentan la intensidad emocional?

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febrero 19, 2025

La comunicación digital ha transformado la forma en que interactuamos, dando lugar a un lenguaje que combina lo escrito con elementos visuales y emocionales. Un estudio reciente de la Universidad de Binghamton, en el estado de Nueva York, ha puesto de relieve cómo ciertos usos de la puntuación en mensajes de texto pueden transmitir intensidades emocionales que a menudo se pierden en la comunicación escrita convencional.

Textismos y su impacto emocional

El estudio, publicado en la revista Frontiers in Psychology, se centra en el fenómeno de los «textismos», es decir, modificaciones en la forma de escribir que buscan expresar emociones. Un ejemplo claro es el uso de puntos después de cada palabra, como en «Compra. Leche.» Este tipo de escritura, lejos de ser meramente gramatical, se interpreta como una forma de enfatizar el mensaje. La psicóloga Celia Klin, autora del estudio, señala que estas puntuaciones irregulares sirven para reemplazar las pistas multimodales que se utilizan en la comunicación verbal, como el tono de voz y los gestos.

En el experimento, los investigadores pidieron a un grupo de estudiantes que evaluaran el nivel de frustración o disgusto en diversas conversaciones de texto que incluían estas estructuras peculiares. Los resultados fueron claros: los participantes interpretaron que la inclusión de puntos o la separación de palabras en burbujas de texto individuales aumentaba la intensidad emocional del mensaje. Por ejemplo, «Yuck. get. an. exterminator.» fue percibido como más cargado emocionalmente que una frase convencional.

Según Klin, los receptores de los textos asumen que la decisión de incluir un «textismo» es deliberada y tiene un significado específico. Esto se relaciona con el concepto de «trabajo emocional», donde el receptor entiende que el emisor ha realizado un esfuerzo consciente para comunicar una emoción determinada. Esta percepción no solo se limita a situaciones informales; también podría tener implicaciones en contextos más formales, aunque se necesita más investigación para comprender completamente estos matices.

Los hallazgos sugieren que la inclusión de pausas en la comunicación textual podría imitar la prosodia del habla. Klin plantea que los lectores pueden «escuchar» las pausas que se introducen a través de estas puntuaciones, asemejándose a un discurso más dramático y enfático. Así, un mensaje como «No. Solo. Ve.» podría interpretarse como si las palabras se pronunciaran de manera más pausada y reflexiva.

A medida que la comunicación digital sigue evolucionando, es fundamental prestar atención a cómo estos nuevos lenguajes afectan nuestras interacciones y percepciones. La investigación sugiere que, aunque la tecnología puede limitar nuestras expresiones, también nos ofrece nuevas herramientas para transmitir la complejidad de nuestras emociones.

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