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Un reciente estudio realizado por un equipo del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal (MPI-AB) en Alemania ha revelado que los peces salvajes son capaces de reconocer a buceadores individuales en el mar Mediterráneo. Este hallazgo, publicado en la revista Biology Letters, sugiere que estos animales pueden establecer relaciones diferenciadas con humanos, desafiando la noción de que la capacidad de reconocimiento facial es exclusiva de mamíferos o aves.
El experimento en el Mediterráneo
Durante años, buceadores científicos en una estación de investigación en el Mediterráneo notaron que ciertos peces seguían a los buceadores que anteriormente les habían ofrecido comida, ignorando a otros. Para investigar esta curiosa conducta, el equipo de investigación llevó a cabo una serie de experimentos en los que los buceadores utilizaron diferentes equipos de buceo. Los resultados mostraron que los peces eran capaces de discriminar entre humanos basándose en señales visuales externas.
El estudio comenzó con un proceso de entrenamiento en el que una buceadora, Katinka Soller, usó un chaleco rojo brillante y alimentó a los peces mientras nadaba. Con el tiempo, Soller eliminó las señales conspicuas, usando equipo de buceo más discreto y alimentando a los peces solo después de que estos la siguieran durante 50 metros. Curiosamente, dos especies de doradas mostraron un gran interés y participación en las sesiones de entrenamiento, lo que llevó al equipo a identificar a peces individuales y observar su comportamiento.
En la fase siguiente del experimento, Soller se sumergió junto a su colega Maëlan Tomasek, quien portaba un equipo de buceo diferente. Al principio, los peces seguían a ambos, pero rápidamente aprendieron que solo Soller les ofrecía alimento. Este aprendizaje se evidenció al observar que los peces preferían seguir a la buceadora que les recompensaba, y no simplemente por hábito o por la presencia de otros peces.
Cuando ambos buceadores usaron trajes idénticos, los peces no pudieron diferenciarlos, lo que indica que los peces habían asociado diferencias en el color y el diseño del equipo con cada buceador. Esto se alinea con el conocimiento de que la mayoría de los peces tienen visión a color, lo que les permite identificar a los humanos por sus características visuales.
Los investigadores también notaron que los peces mostraban un comportamiento curioso al acercarse a los buceadores, observando sus rostros y cuerpos. Esta interacción sugiere que los peces no solo reconocen a los humanos, sino que están interesados en comprender su entorno. Según el autor principal del estudio, Alex Jordan, este hallazgo subraya la capacidad de los peces para navegar en un mundo complejo y relacionarse con diferentes especies, lo que podría llevar a una reevaluación de cómo entendemos las interacciones entre humanos y animales en el medio marino.