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El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, ha llegado a Sudáfrica para participar en una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros del G20. Este evento, que se llevará a cabo en Johannesburgo durante dos días, del 20 al 21 de febrero, se enmarca en un contexto global de creciente tensión económica y política.
Según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Lavrov abordará en la reunión la “necesidad de rechazar la postura confrontativa adoptada por las élites neoliberales y proponer medidas concretas para superar tendencias destructivas”. En este sentido, el ministro reiterará la oposición de Rusia a las guerras comerciales, las restricciones unilaterales y otras manifestaciones de enfoques discriminatorios.
Además de su intervención en la reunión, Lavrov tiene programadas varias reuniones bilaterales en los márgenes del encuentro, que se desarrolla bajo el lema “Solidaridad, igualdad y sostenibilidad”.
La presidencia sudafricana y sus desafíos
Sudáfrica asumió oficialmente la presidencia rotativa del G20 en diciembre, sucediendo a Brasil tras la cumbre del grupo en noviembre en Río de Janeiro. Hasta ahora, Pretoria había sido la única voz africana en este foro de economías importantes, hasta que la Unión Africana fue admitida como miembro formal en la cumbre de Nueva Delhi en 2023.
El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, ha prometido utilizar la presidencia de su país para avanzar en las prioridades de desarrollo de África y del Sur Global, incluyendo la atención a los impactos del cambio climático. Sin embargo, esta agenda ha encontrado resistencia, especialmente por parte de Estados Unidos, que asumirá la presidencia del G20 en noviembre de este año y ha expresado su oposición a los planes propuestos por Pretoria.
Recientemente, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, anunció que no asistirá a la reunión del G20 en Sudáfrica, acusando a Pretoria de “hacer cosas muy malas”, entre las que se incluye el uso de su presidencia para promover la solidaridad, la igualdad y la sostenibilidad.
Desde Moscú, se ha calificado la presidencia sudafricana como un “evento histórico para Pretoria y todo el continente africano”. Antes de su partida hacia Johannesburgo, Lavrov afirmó que el G20 debería servir para enseñar a los “colegas occidentales a trabajar juntos de manera productiva, en lugar de imponer sus enfoques unilaterales”.
En sus declaraciones, Lavrov destacó que, junto a países afines del BRICS y otras naciones del Sur Global y del Este, se ha logrado frenar los intentos de Occidente de “ukranizar” la agenda, evitando decisiones discriminatorias en áreas como la economía, las finanzas, el comercio y el clima. Su visita a Sudáfrica se produce tras su regreso de Arabia Saudita, donde lideró una delegación rusa en conversaciones con funcionarios estadounidenses sobre la resolución del conflicto en Ucrania.