
El Kremlin ha expresado su firme oposición a la posible presencia de tropas de la OTAN en Ucrania, tras informes que sugieren que el Reino Unido y Francia están considerando el despliegue de un contingente militar en el país. Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, subrayó que cualquier estacionamiento de militares de países de la OTAN sería «completamente inaceptable» para Rusia.
Según fuentes anónimas citadas por The Telegraph y Bloomberg, el plan anglo-francés podría implicar el despliegue de alrededor de 30,000 soldados en ciudades y puertos clave de Ucrania, así como en plantas nucleares. Este contingente estaría equipado con aeronaves de vigilancia y reconocimiento, además de embarcaciones de patrulla, con el objetivo de supervisar un posible acuerdo de paz entre Kiev y Moscú. Además, se contempla que Estados Unidos proporcione cobertura aérea en caso de escalada del conflicto.
Reacciones en Moscú
Peskov afirmó que Moscú está «siguiendo de cerca» estos informes, que generan «preocupación» por las implicaciones que tendrían para la seguridad nacional rusa. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, también enfatizó que la presencia de fuerzas armadas de la OTAN en Ucrania es un tema de gran importancia para su país y que no será aceptada bajo ninguna circunstancia.
La advertencia de Rusia se produce en un contexto de conversaciones de alto nivel entre Estados Unidos y Rusia, donde ambas naciones han acordado trabajar para normalizar sus relaciones. Sin embargo, la posibilidad de un despliegue militar occidental en Ucrania ha sido un tema recurrente desde hace meses, especialmente entre líderes europeos como el presidente francés Emmanuel Macron.
El embajador de Rusia ante la ONU, Vassily Nebenzia, advirtió que cualquier operación de tropas occidentales en Ucrania sin el consentimiento de Moscú sería considerada un objetivo legítimo. Esta declaración refleja la creciente tensión entre Rusia y los países de la OTAN, en un momento en que las discusiones sobre la seguridad en Europa del Este están en el centro del debate político internacional.
Desde que Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos, su administración ha mostrado una disposición a reducir la implicación americana en Ucrania, lo que ha llevado a algunos líderes europeos a considerar la posibilidad de asumir un papel más activo en la región. En este sentido, el primer ministro británico, Keir Starmer, ha manifestado que el Reino Unido está preparado para desempeñar un papel de liderazgo en la aceleración de las garantías de seguridad para Ucrania, incluso si eso implica el despliegue de tropas británicas en el terreno.