El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha afirmado que su victoria electoral fue crucial para evitar un conflicto global, sugiriendo que, de haber sido elegida Kamala Harris como presidenta, el mundo habría estado al borde de una Tercera Guerra Mundial en menos de un año. Estas declaraciones fueron realizadas durante un evento en Miami Beach, donde Trump se presentó como un «pacificador y unificador».
Trump, quien ha centrado su política exterior en la resolución de conflictos en Oriente Medio y Ucrania, enfatizó que «no hay beneficio para nadie en tener una Tercera Guerra Mundial», advirtiendo que la situación actual es delicada. «Si hubiéramos tenido esta administración por otro año, estarían en la Tercera Guerra Mundial, y ahora eso no va a suceder», aseguró.
Críticas a la administración Biden
En su discurso, Trump no escatimó críticas hacia el actual presidente Joe Biden y su administración, a la que acusó de incompetencia en la gestión de las tensiones internacionales, especialmente en el conflicto de Ucrania. Según Trump, bajo su liderazgo, las tensiones no habrían escalado hasta convertirse en un conflicto armado.
Recientemente, altos funcionarios de Rusia y Estados Unidos se reunieron en Arabia Saudí para discutir la reparación de relaciones deterioradas durante la administración Biden. Trump elogió el papel de Riad en facilitar estas conversaciones, considerándolas un éxito y reafirmando su enfoque en la crisis ucraniana.
Sin embargo, esta diplomacia ha generado tensiones con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, quien ha insistido en que cualquier negociación sobre el conflicto debe incluir a Ucrania. Trump no dudó en criticar a Zelensky, calificándolo de «dictador sin elecciones» y acusándolo de drenar recursos estadounidenses en lugar de buscar una resolución diplomática con Rusia. «Mejor que se mueva rápido, o no va a tener país», advirtió Trump.
Zelensky, por su parte, ha respondido a las acusaciones de Trump, sugiriendo que sus comentarios son un eco de la «desinformación rusa» sobre su baja popularidad en Ucrania. En respuesta, Trump defendió su postura al afirmar que se basaba en «sondeos reales ucranianos».
