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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está buscando establecer un acuerdo amplio con China que abarque no solo las relaciones comerciales, sino también la seguridad nuclear. Según un informe del New York Times, asesores de la Casa Blanca han indicado que este acuerdo podría ser parte de una negociación más amplia con el presidente chino, Xi Jinping.
El acuerdo que Trump persigue incluiría inversiones significativas de China y compromisos para la compra de más productos estadounidenses. Además, se espera que se aborde la cuestión de la seguridad nuclear, un tema que el presidente estadounidense planea discutir personalmente con Xi Jinping. Michael Pillsbury, un experto en China que asesoró a Trump durante las negociaciones comerciales de su primer mandato, ha señalado que Trump ha expresado su deseo de alcanzar un acuerdo que beneficie a ambas partes.
Desafíos en la negociación
A pesar de las intenciones de Trump, persisten obstáculos significativos. Los asesores han indicado que la administración aún no ha definido claramente lo que espera de Pekín. China es considerada una de las principales amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos, pero al mismo tiempo, es un socio comercial crucial y un actor clave en diversas cuestiones, como la seguridad nuclear, la tecnología y la preparación ante pandemias.
Recientemente, el Pentágono ha declarado que China es la principal prioridad de defensa para Estados Unidos, describiéndola como un «competidor par» que tiene tanto la capacidad como la intención de amenazar los intereses nacionales estadounidenses en la región del Indo-Pacífico.
La semana pasada, Trump comentó a los periodistas en la Casa Blanca que había propuesto conversaciones con China y Rusia para discutir la reducción de los arsenales nucleares de las tres naciones y la reducción a la mitad de los presupuestos de defensa. El presidente estadounidense expresó su esperanza de reunirse con Xi y con el presidente ruso, Vladimir Putin, «cuando las cosas se calmen».
Algunos analistas chinos han minimizado la probabilidad de un acuerdo, ya que los funcionarios del país se mantienen cautelosos ante Trump y anticipan que las tensiones continuarán. Sin embargo, se informa que están trabajando en una propuesta que podría llevar al presidente estadounidense de vuelta a la mesa de negociaciones.
Las relaciones entre Estados Unidos y China se deterioraron durante el primer mandato de Trump, culminando en una guerra comercial tras la imposición de aranceles por miles de millones de dólares sobre productos chinos en 2018, citando prácticas comerciales desleales y robo de propiedad intelectual. China respondió con sus propios aranceles sobre exportaciones estadounidenses, profundizando el enfrentamiento. A principios de 2020, ambas partes alcanzaron un acuerdo comercial de Fase Uno, pero muchos de los compromisos no se cumplieron, en parte debido a la pandemia de Covid-19.
Trump ha impuesto recientemente nuevos aranceles a socios comerciales clave, incluyendo un 10% sobre las importaciones chinas, además de los aranceles existentes. China se opuso firmemente a esta medida, respondiendo con aranceles sobre exportaciones estadounidenses clave y instando a Washington a retomar las negociaciones.
Tanto China como Rusia han expresado su disposición a colaborar con Estados Unidos en cuestiones de desarme nuclear. Pekín ha reafirmado su política de «no primer uso» en respuesta a la propuesta de Trump sobre futuras conversaciones nucleares. Por su parte, el embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyansky, ha afirmado que las discusiones sustantivas sobre desarme podrían reiniciarse si Washington cambia su postura. El último tratado vinculante de armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia está programado para expirar el próximo año.