
Investigadores han descubierto que las aves migratorias están ingiriendo volúmenes mucho mayores de sustancias químicas tóxicas conocidas como PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas) de lo que se había documentado anteriormente. Estas sustancias, apodadas «químicos eternos», son altamente persistentes en el medio ambiente y en el cuerpo humano, lo que plantea serias preocupaciones sobre su impacto en la salud y el ecosistema.
Los PFAS son un amplio grupo de toxinas sintéticas que se utilizan en diversas industrias, incluida la fabricación de productos como la cera para esquís, el Teflón y los retardantes de llama. Según Junjie Zhang, autor principal de un estudio publicado en el Journal of Hazardous Materials, estos compuestos han recibido atención por sus efectos dañinos en una variedad de organismos.
Incremento en la detección de PFAS
Un aspecto alarmante de esta investigación es el hallazgo de PFAS en nuevas ubicaciones, lo que se atribuye a mejoras en las metodologías de análisis. En particular, se ha observado un aumento de hasta 180 veces en la concentración de PFAS en los hígados de aves limícolas. Zhang señala que esto sugiere que los métodos anteriores no eran suficientemente eficaces para detectar ciertos tipos de PFAS.
Las consecuencias para la salud asociadas con la exposición a los PFAS son graves e incluyen variados tipos de cáncer, daños hepáticos, trastornos en los niveles de colesterol, problemas de fertilidad, desórdenes hormonales y un sistema inmunológico debilitado. La investigación se llevó a cabo en el contexto de la ruta migratoria East Asian-Australasian Flyway, que es vital para millones de aves migratorias, muchas de las cuales están experimentando un descenso poblacional alarmante.
Para comprender mejor la relación entre la disminución de estas poblaciones y la exposición a toxinas ambientales, el equipo de investigación analizó muestras de 25 aves migratorias y 30 moluscos en áreas de China donde estas aves suelen alimentarse. La ingestión de PFAS a través de los alimentos y el agua es común tanto en aves como en seres humanos, lo que hace necesario investigar estos fuentes de contaminación.
El estudio utilizó un nuevo método de análisis llamado Total Oxidizable Precursor (TOP), que facilita la detección de ciertos tipos de PFAS. Aunque se ha investigado mucho sobre un grupo específico de PFAS denominados PFAAs (ácidos perfluoroalquilados), existe poca información sobre las sustancias que se convierten en PFAAs, que son más fáciles de detectar con el nuevo método.
Los resultados de este estudio subrayan la urgencia de realizar investigaciones adicionales sobre los orígenes de los PFAS y sus efectos en las aves migratorias, otros animales y los seres humanos. La necesidad de políticas más estrictas en la regulación de estas sustancias se hace cada vez más evidente, dado su impacto en la salud pública y el medio ambiente.
Más información:
Junjie Zhang et al, Shellfish and shorebirds from the East-Asian Australian flyway as bioindicators for unknown per- and polyfluoroalkyl substances using the total oxidizable precursor assay, Journal of Hazardous Materials (2025). DOI: 10.1016/j.jhazmat.2025.137189