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La migración de los osos polares en un contexto de cambio climático
En la remota localidad de Churchill, situada en el extremo del Ártico canadiense, la migración anual de los osos polares atrae la atención de turistas, fotógrafos y científicos. Este fenómeno natural se desarrolla en la región de la Bahía de Hudson, donde los osos se desplazan en busca de hielo marino, vital para su supervivencia. Después de un verano de ayuno en tierra firme, estos animales necesitan regresar a su hábitat helado para cazar focas y recuperar peso. Geoff York, director de investigación y políticas de la organización Polar Bears International, destaca que estos osos «sueñan con el hielo y con estar de nuevo allí».
Sin embargo, este ritual migratorio está sufriendo cambios significativos. Según un estudio publicado en 2022 en la revista Nature, el Ártico se está calentando a un ritmo casi cuatro veces superior al del resto del planeta. Flavio Lehner, científico jefe de clima de Polar Bears International y profesor asistente en la Universidad de Cornell, señala que el deshielo del hielo marino es una de las consecuencias más preocupantes del calentamiento global. Este cambio climático no solo afecta a los osos polares, sino que también transforma radicalmente su ecosistema, lo que repercute en la salud de la población de osos.
La población de osos polares de la Bahía de Hudson occidental pasa más tiempo fuera del hielo que sus predecesores, lo que afecta su capacidad de caza y, por ende, la supervivencia de sus crías. En las últimas cuatro décadas, esta población ha disminuido hasta un 50%. Lehner compara la velocidad de este cambio con la de otras regiones gravemente afectadas, como las zonas deforestadas de la Amazonía. A medida que el hielo marino desaparece, el Ártico se calienta más rápidamente, y este fenómeno tiene implicaciones globales. La pérdida de hielo no solo altera el equilibrio de este ecosistema, sino que también contribuye al calentamiento global, ya que el hielo actúa como un regulador de temperatura al reflejar la luz solar. Los científicos advierten que es esencial reducir drásticamente las emisiones de combustibles fósiles para ralentizar este proceso.