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Transformar el biowaste en recursos valiosos: la apuesta europea por la economía circular

In Sin categoría
febrero 21, 2025

La región de Macedonia Central, situada en el norte de Grecia, se destaca como un importante productor agrícola, generando una cuarta parte de la producción agrícola del país y siendo la fuente de gran parte de las aceitunas de mesa, melocotones, vino y productos lácteos de Grecia. Sin embargo, esta notable productividad también conlleva la generación de grandes cantidades de residuos agrícolas.

Investigadores europeos están explorando cómo y en qué condiciones estos residuos podrían ser reciclados y reutilizados para desarrollar una amplia gama de productos bio-basados útiles, que incluyen fertilizantes, agroquímicos e incluso aditivos nutricionales. Pedro Villanueva Rey, ingeniero ambiental español, coordina un equipo de investigadores de Francia, Alemania, Grecia, Italia, España, Suecia y el Reino Unido, enfocado en transformar diversos flujos de residuos biológicos en toda Europa en nuevos recursos deseables.

Villanueva Rey, gerente senior de proyectos en Cetaqua, una organización de investigación en tecnología del agua ubicada en Santiago de Compostela, España, afirma: «Introducir estos materiales secundarios en la cadena de suministro podría ayudar a promover la transición hacia una economía bio-basada». Sin embargo, para que esto suceda, tanto la industria como los consumidores necesitarán garantías de que los bioproductos son seguros y adecuados para su reutilización.

Potencial de recursos en desuso

A pesar de que gran parte de los residuos domésticos se separa y recicla en la actualidad, los subproductos biológicos no deseados de los procesos industriales y agrícolas siguen siendo ampliamente desechados. Un obstáculo importante para su reutilización es la necesidad de control de calidad y certificación. El equipo de investigación está combinando su experiencia en un esfuerzo colaborativo de tres años denominado BIORECER, que tiene como objetivo rastrear y evaluar el potencial de reutilización de residuos biológicos como sustituto de materiales derivados de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas natural.

En Grecia, los investigadores están explorando posibles escenarios para la reutilización de residuos biológicos provenientes de la poda de cultivos lechosos, residuos del procesamiento de aceitunas y uvas, o restos de plantas de cultivos de cereales. Además, se están considerando tres otros escenarios de reutilización de biowaste en España, Italia y Suecia. En Galicia, una importante región pesquera de la UE, se están evaluando opciones de reutilización para las grandes cantidades de residuos de pescado y agua de cocción generadas por la industria de conservas de pescado.

El equipo de BIORECER colaborará estrechamente con empresas gallegas bio-basadas para desarrollar cadenas de valor para productos potenciales a partir de estas fuentes de residuos, así como de algas y lodos urbanos. Mientras tanto, la investigación en la región de Lombardía, en Italia, se centrará más en residuos biológicos urbanos, principalmente de aguas residuales y residuos orgánicos municipales, así como residuos alimentarios de grandes empresas. Los productos potenciales derivados de estos flujos de residuos incluyen productos químicos y fertilizantes bio-basados.

En la región de Vӓsternorrland en el noreste de Suecia, la industria forestal genera grandes cantidades de residuos, que incluyen ramas, raíces, troncos, aserrín, corteza y lodo. Los investigadores están examinando si se podrían incorporar productos químicos y materiales verdes derivados de estos residuos.

El objetivo es hacer más rentable para las empresas reutilizar los materiales reciclados resultantes. Esto podría representar una situación beneficiosa en tres frentes: otorgar una nueva vida a los residuos biológicos, reducir el uso de recursos no renovables y disminuir la cantidad total de desechos. Villanueva Rey subraya que esto podría ser el punto de partida para desarrollar un mercado real relacionado con todos estos productos.

Como parte de estos esfuerzos, el equipo busca desarrollar directrices para mejorar los esquemas de certificación de bioproductos, considerando su impacto ambiental a lo largo de su ciclo de vida, incluidos factores como las emisiones de carbono, la presencia de compuestos tóxicos, el transporte y el almacenamiento. Creen que una mejor certificación podría aumentar la aceptación por parte de la industria y la sociedad, lo que permitiría un uso más amplio de los residuos biológicos reciclados en una variedad de productos.

El equipo ha examinado varios esquemas de certificación existentes para informar su investigación, como ISCC PLUS, un sistema de certificación voluntaria aplicable a nivel global para la bioeconomía, que se refiere principalmente a materias primas alternativas como la biomasa y los materiales de desecho, como el aceite de cocina usado y los residuos municipales sólidos.

El equipo también considera esquemas de certificación como los del Consejo de Manejo Forestal y la Mesa Redonda sobre Biomateriales Sostenibles. La meta del equipo es desarrollar un marco integral que complemente y refuerce los esquemas de certificación existentes para bioquímicos y biomateriales, además de los actuales que se centran principalmente en los sectores de energía, alimentos y piensos para animales.

Lucía González Monjardín, gerente de proyectos en Cetaqua, está ayudando a identificar las lagunas existentes. «Si, por ejemplo, estás utilizando un disolvente para producir bioplásticos, puede que no haya un esquema de certificación que confirme que el disolvente es bio-basado», explica. «Al añadir uno, se proporciona garantías para quienes utilizan estas materias primas de que el producto cumple con las regulaciones y obtiene los mismos resultados que las opciones convencionales».

En Grecia, el estudio de caso de BIORECER se encuentra en una fase crucial donde se están integrando datos reales con los hallazgos de los investigadores sobre los criterios de sostenibilidad de las materias primas. «Queremos poder proporcionar recomendaciones basadas en datos para el uso sostenible de estos recursos biológicos», comenta el Dr. Sotiris Patsios, ingeniero químico postdoctoral en el Instituto de Procesos Químicos y Recursos Energéticos en el Centro de Investigación y Tecnología de Grecia (CERTH) en Salónica.

Un objetivo es ayudar a los agricultores a aumentar el valor económico de su actividad al fomentar un uso más bio-circular, donde los materiales tradicionalmente considerados como residuos se reutilizan, se vuelven a usar o se reciclan en un ciclo sin caer fuera de la economía. «Por ejemplo, los agricultores pueden quemar residuos de actividades como la poda o utilizarlos para actividades económicas de menor valor, como la producción de biogás o biofertilizantes», aclara Patsios. «Queremos desarrollar cadenas de valor con un mayor valor económico, como las de biomateriales y biocombustibles más amplios».

Sin embargo, la recolección de datos fiables puede ser un desafío. Esto preocupa al Dr. George Banias, director de investigación en el Instituto de Bioeconomía y Agri-tecnología en CERTH. «Para facilitar la transición de una economía lineal que deja muchos residuos a una circular bio-basada, es crucial llenar algunos de estos vacíos de datos», sostiene. Banias enfatiza que el desarrollo de esquemas de seguimiento y trazabilidad es necesario para contar con datos fiables.

Si la colaboración BIORECER puede lograr esto, también ayudará a combatir las tácticas ambientales engañosas, o el greenwashing, donde las empresas utilizan publicidad que hace afirmaciones ambientales falsas, una práctica que el Parlamento Europeo ha comenzado a prohibir. «Uno de los objetivos del proyecto es mitigar el greenwashing, sobre el cual hay un gran debate en la UE», concluye Banias.

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