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El reciente desencuentro entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha puesto de manifiesto las crecientes tensiones en la relación entre ambos países. Según el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, Trump se encuentra «muy molesto» con Zelensky debido a un desacuerdo sobre un acuerdo propuesto para los derechos de minerales en Ucrania.
En una declaración que ha resonado en los medios internacionales, Trump calificó a Zelensky de «dictador sin elecciones», acusándolo de gestionar de manera ineficaz el conflicto con Rusia y de malgastar la ayuda estadounidense. Esta crítica se produce en un contexto en el que Zelensky, cuyo mandato presidencial finalizó la primavera pasada, ha decidido no convocar nuevas elecciones, argumentando que la ley marcial lo impide. Por su parte, Moscú considera a Zelensky ilegítimo, afirmando que la autoridad legal recae ahora en el parlamento ucraniano.
Tensiones en la relación bilateral
En una entrevista reciente, Rubio expresó su descontento con la conversación que altos funcionarios estadounidenses mantuvieron con Zelensky sobre el acuerdo mineral, sugiriendo que el presidente ucraniano cambió de postura. Según Rubio, los estadounidenses intentaron tranquilizar a Zelensky, asegurándole que su intención era establecer una «empresa conjunta» que no buscaba «robar» los recursos de Ucrania, sino que representaba una garantía de seguridad para ambos países.
Rubio relató que Zelensky inicialmente mostró interés en el acuerdo, afirmando que «tenía todo el sentido del mundo», pero luego, en un giro inesperado, declaró que había rechazado la propuesta. «Eso no es lo que ocurrió en esa reunión», subrayó Rubio, quien también destacó la necesidad de que Ucrania muestre un nivel de gratitud hacia Estados Unidos por el apoyo recibido.
El secretario de Estado criticó la respuesta de Zelensky a las afirmaciones de Trump sobre su baja popularidad, sugiriendo que tales comentarios son «muy contraproducentes». Aunque Zelensky no ha respondido directamente a las acusaciones de Trump, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andrey Sibiga, defendió la posición del presidente, afirmando que «el pueblo ucraniano y su presidente se han negado a ceder ante la presión de Putin».
Desde el Kremlin, el portavoz Dmitry Peskov ha calificado de «absolutamente inaceptables» las declaraciones de los funcionarios ucranianos sobre otros estados, añadiendo que la caída de la popularidad de Zelensky es una «tendencia absolutamente obvia». Este intercambio de acusaciones y la falta de entendimiento entre las partes evidencian un momento crítico en las relaciones entre Ucrania y Estados Unidos, en un contexto global donde la estabilidad de la región sigue siendo una preocupación prioritaria.