La tarta de miel ucraniana que resiste en medio de la guerra: el testimonio de un empresario en Kiev

In Internacional
febrero 22, 2025

La tarta de miel rusa, conocida como Medovik, es uno de los postres más emblemáticos de los países que formaron parte de la antigua Unión Soviética. Este pastel, que se caracteriza por sus múltiples capas de crema agria o leche condensada y una abundante cantidad de miel, tiene un origen que, sorprendentemente, no es ruso, sino ucraniano. Así lo afirma Stanislav Zavertailo, un empresario ucraniano de 45 años y fundador de una exitosa cadena de pastelerías en Kiev. Sus seis establecimientos, entre los que se encuentran los cafés Honey y Zavertailo, se centran en la receta de su madre para este dulce. A pesar del conflicto bélico, Zavertailo ha logrado abrir dos nuevos locales en los últimos años, adaptándose a la dura realidad de la guerra.

La trayectoria de Zavertailo se remonta a 2014, tras las protestas proeuropeas del Euromaidán, donde participó activamente. Este movimiento popular, que buscaba acercar a Ucrania a la Unión Europea en lugar de a Rusia, desencadenó la primera guerra de Putin contra Ucrania, que comenzó con la anexión de Crimea y el apoyo a los alzamientos en Donetsk y Lugansk. Hoy en día, Ucrania enfrenta la ocupación de aproximadamente el 18% de su territorio y lucha contra el segundo ejército más grande del mundo.

Desafíos económicos en medio del conflicto

Zavertailo, quien continúa realizando prácticas de tiro y entrenamiento militar semanalmente, reconoce que su situación es privilegiada, ya que no ha tenido que ir al frente debido a que tiene tres hijos menores. Sin embargo, la guerra ha dejado una profunda huella en su entorno laboral. “Dos de nuestros trabajadores han muerto en el frente. Uno era el director y la cara pública de nuestros pasteles. Era soldado profesional y lo mataron a los siete meses de unirse a las Fuerzas Armadas. Era de la familia, no solo un empleado”, relata con pesar.

Uno de los principales retos que enfrenta Ucrania es la escasez de mano de obra cualificada. La población ha disminuido de 44 millones a tan solo 28 millones, debido a la guerra y la migración forzada. Muchos hombres están en el campo de batalla, lo que ha llevado a las empresas a aumentar los salarios en un 14% anual en términos reales, encareciendo la producción y provocando inflación. Además, la infraestructura energética del país ha sido severamente dañada por los ataques rusos, que han reducido a la mitad la capacidad generadora de Ucrania.

A pesar de las dificultades, la guerra ha traído algunas oportunidades para los negocios. Zavertailo explica que, aunque antes era complicado obtener créditos, en la actualidad, los bancos han relajado sus exigencias debido a la falta de opciones. Esto le ha permitido abrir nuevos locales, que atraen a una clientela joven y moderna en la capital. “Creo que mi caso es excepcional. No es una economía boyante. Eso sí, no hago planes a largo plazo, solo para los próximos días”, añade. Además, menciona que su empresa contribuye significativamente a la economía, pagando impuestos y donando a organizaciones que apoyan a los soldados.

Antes de la invasión a gran escala en 2022, Ucrania era una economía de tamaño medio, con un PIB anual de aproximadamente 125.000 millones de euros. Sin embargo, la guerra provocó una recesión del 30%. En 2023 y 2024, se espera un crecimiento del 5,3% y 3,9%, respectivamente, aunque el camino hacia la recuperación es largo. La población ucraniana percibe ingresos relativamente bajos, con un promedio de 17.000 euros anuales en paridad de compra, lo que representa tres veces menos que en España.

Los economistas ya están preparando modelos para la posguerra, centrándose en la necesidad de atraer inversiones. Sin embargo, la incertidumbre persiste: ¿quién invertiría en un país que podría ser bombardeado nuevamente? Algunas empresas han continuado invirtiendo durante el conflicto, como Vestas en energía sostenible, que ha aportado 430 millones de euros, y Bayer, que ha invertido 65 millones. Sin embargo, el gobierno ha impuesto restricciones que dificultan la repatriación de capitales, lo que ha llevado a muchas empresas a reinvertir sus ganancias en lugar de retirarlas.

Para lograr un crecimiento del 6,6% entre 2024 y 2033 y recuperar la economía, se estima que Ucrania necesitará alrededor de 290.000 millones de euros en inversiones, con oportunidades en energía sostenible, agroindustria y producción de armamento. Sin embargo, el futuro de la economía ucraniana también está vinculado a las exigencias de actores externos, como el plan de Donald Trump para extraer minerales y tierras raras de Ucrania, que ha sido rechazado por el presidente Zelenski.

En resumen, la situación económica de Ucrania es compleja y está marcada por la guerra, pero también por la resiliencia de sus empresarios y la búsqueda de oportunidades en medio de la adversidad.

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