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El pasado 23 de febrero, tras el cierre de las urnas en Alemania, la «Berliner Runde» de los principales candidatos marcó el inicio de las negociaciones para la formación de la nueva Bundesregierung. Friedrich Merz, candidato de la Unión, descartó cualquier colaboración con la AfD, pero se mostró abierto a dialogar con el SPD y los Verdes. Por su parte, Olaf Scholz, del SPD, rechazó liderar las conversaciones con CDU y CSU si estos partidos forman gobierno, insistiendo en su postulación a la cancillería.
Christian Lindner, líder del FDP, anunció su renuncia en caso de no superar el umbral del 5% de votos, mientras que Jan van Aken de Die Linke señaló que su partido actuará como oposición en el Bundestag. Amira Mohamed Ali del BSW destacó los logros de su partido, aunque no logren representación parlamentaria.
El panorama político alemán se presenta complejo, con incertidumbre sobre las posibles coaliciones y la necesidad de formar un gobierno estable. Merkel abogó por una rápida formación del ejecutivo, destacando la importancia de la estabilidad en tiempos de incertidumbre. La situación política en Alemania sigue en evolución, con un desafío considerable para alcanzar acuerdos que permitan gobernar eficazmente.