La tensión en torno al conflicto en Ucrania se intensifica a medida que Estados Unidos y la Unión Europea presentan resoluciones rivales en la Asamblea General de la ONU. Según informes del Financial Times, la administración del presidente Donald Trump ha instado a la UE a retirar su propuesta de resolución, que se centra en la conmemoración del tercer aniversario del conflicto y atribuye la culpa exclusivamente a Rusia, una interpretación que Moscú rechaza de manera contundente.
La propuesta de la UE, coautorizada con Kiev, busca enfatizar la responsabilidad rusa en la crisis, mientras que la resolución estadounidense, presentada el pasado viernes, aboga por un rápido fin de las hostilidades y equipara las acciones de Ucrania con las de Rusia. Esta última incluye un lamento por la “trágica pérdida de vidas” debido a los enfrentamientos, según fuentes oficiales.
Las posiciones enfrentadas en la ONU
Rusia, por su parte, ha sugerido enmendar el borrador estadounidense para incluir una referencia a la necesidad de abordar las “causas profundas” del conflicto, según reporta Reuters. La votación sobre ambas resoluciones está programada para seguir a la publicación de un comunicado del G7, que se emitirá tras una reunión virtual de los líderes del grupo.
Un funcionario que ha estado al tanto de las discusiones ha calificado el lenguaje de la propuesta estadounidense como “obviamente inaceptable”, sugiriendo que esta postura forma parte de un cambio más amplio en la posición de Washington. La semana pasada, Estados Unidos se negó a respaldar un comunicado del G7 que hacía referencia a la “agresión rusa” contra Ucrania. El secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth, también se mostró reticente a calificar la situación como una invasión rusa, describiéndola como “una situación muy complicada”.
En este contexto, el asesor principal de Trump, Steve Witkoff, declaró en una entrevista con CNN que el conflicto en Ucrania fue “provocado” y que culpar únicamente a Rusia es un enfoque erróneo. Witkoff argumentó que Moscú está respondiendo a una amenaza de seguridad generada por las promesas de Occidente de admitir a Ucrania en la OTAN.
La iniciativa de Washington para tomar medidas en la ONU se produce tras el intento de Trump de mediar en el cese de las hostilidades entre Moscú y Kiev. La semana pasada, funcionarios rusos y estadounidenses sostuvieron sus primeras conversaciones de alto nivel en tres años en Riad, Arabia Saudita, donde se abordaron la restauración de las relaciones diplomáticas y la crisis en Ucrania. Desde entonces, líderes ucranianos y europeos han expresado su preocupación por sentirse marginados por la Casa Blanca, alarmados por las críticas públicas de Trump hacia el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, a quien calificó de “dictador”.
Trump ha sostenido que Zelensky es responsable de la escalada del conflicto y ha afirmado que su presencia en la reunión de Riad era innecesaria. Este panorama refleja no solo las complejidades del conflicto en Ucrania, sino también las tensiones geopolíticas que se desarrollan en el escenario internacional, donde las decisiones de los actores principales tienen un impacto significativo en la estabilidad de la región.
