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El impacto negativo de la quema de plantas invasoras en el fynbos sudafricano

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febrero 24, 2025

Desde el siglo XVII, Sudáfrica ha sido objeto de la introducción de plantas y árboles invasivos con fines comerciales, de subsistencia y ornamentales. Esta problemática ha alcanzado a cada rincón del país, siendo las provincias del Cabo Occidental, Cabo Oriental y KwaZulu-Natal, así como los principales centros urbanos, las más afectadas. Entre las especies invasivas más destacadas se encuentran el port jackson, el wattle negro y los eucaliptos, que amenazan la seguridad hídrica del país al consumir grandes cantidades de agua y que, además, incrementan el riesgo de incendios al añadir biomasa al ecosistema, especialmente en áreas donde los árboles no crecerían de forma natural.

Ante esta situación, se han puesto en marcha esfuerzos coordinados por parte de organismos gubernamentales y organizaciones ambientales para erradicar estas especies y sustituirlas por vegetación autóctona. Los métodos de desmonte de plantas invasivas varían, siendo el uso de herbicidas y la tala de árboles algunas de las técnicas empleadas. En la región del Cabo Occidental, una estrategia común es el «apilamiento y quema», que consiste en talar plantas invasivas como el port jackson, apilarlas y permitir que se sequen antes de incinerarlas.

Impacto del apilamiento y quema

El fynbos, un ecosistema emblemático de Sudáfrica y el más invadido por especies no autóctonas, ha sido objeto de numerosos estudios sobre plantas invasivas. A pesar de la fuerte presencia de estas especies, el fynbos alberga una biodiversidad excepcional, con un alto número de especies endémicas que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Sin embargo, el método de apilamiento y quema tiene sus desventajas, ya que deja cicatrices de quemado en la tierra.

Un estudio reciente por un especialista en restauración de tierras ha revelado que la recuperación completa de las cicatrices de quema puede ser limitada hasta tres años después de la eliminación de las plantas invasivas. Las investigaciones realizadas en 80 cicatrices de quemado en dos tipos de ecosistemas de fynbos en el Cabo Occidental concluyen que la recuperación de la vegetación es un proceso lento, y que las dos variantes de fynbos responden de manera diferente a los incendios.

Las cicatrices de quemado son el resultado de la intensa temperatura alcanzada en el centro del apilamiento, que supera los 300°C, y en el borde, que alcanza los 175°C. Estas cicatrices tienen efectos negativos sobre el medio ambiente, tales como:

  • La creación de cicatrices persistentes que afectan la estética del paisaje.
  • Una recuperación limitada de la biodiversidad autóctona en las áreas quemadas.
  • La posibilidad de que nuevas especies invasivas encuentren un espacio para germinar y crecer.
  • Alteraciones en las condiciones químicas, físicas y microbianas del suelo, que pueden perjudicar a las plantas nativas.

Los hallazgos del estudio indican que las áreas centrales de las cicatrices permanecen severamente afectadas y no logran una recuperación completa incluso tres años después de la quema, mientras que los bordes se recuperan en un plazo de dos años. Esto sugiere que el método de apilar y quemar impide que estas áreas se regeneren de manera natural, siendo necesario el apoyo humano para su recuperación.

Para mitigar los efectos negativos del apilamiento y quema, se sugiere explorar otros métodos de eliminación de plantas invasivas, como la tala y el transporte de la biomasa a lugares donde se puedan quemar sin dañar el fynbos natural. En los casos en que la quema sea inevitable, podría ser beneficioso aplicar semillas de fynbos en las cicatrices para mejorar la recuperación de las especies nativas. Sin embargo, esta técnica sería laboriosa y probablemente factible solo a pequeña escala.

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