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Las ofertas de cualquier portal de búsqueda de empleo lo dejan claro: la mayor parte de puestos de diversos sectores profesionales buscan a empleados con conocimientos en inteligencia artificial. La IA se ha convertido en la gran herramienta digital del presente y, con toda seguridad, será la que marque gran cambio en los trabajos en el próximo lustro.
Esta impresión está respaldada por los datos oficiales. Centros especializados como la Agencia IA estiman el grado de empleabilidad de sus alumnos en un 99 % en menos de un año desde el inicio de su formación.
Como explican desde esta organización, la formación especializada en cursos como su Máster IA ha dado la oportunidad a decenas de personas que querían un cambio de vida y lo han logrado colocándose a la vanguardia de los desarrollos tecnológicos.
La comodidad y la calidad de vida como objetivo
Roberto obtuvo su plaza pública como Policía Nacional después de tres años de estudios intensos y una preparación física muy exigente. Era, dice, su proyecto vital, su “meta”. Sin embargo, en los últimos meses su vida ha dado un giro radical, ha abandonado su puesto y se ha convertido en un emprendedor que vende servicios de automatización con IA a las empresas.
Así lo explica desde su despacho, que hoy es su casa, “pero mañana puede ser cualquier parte del mundo”, comenta entre risas: “Tras obtener la plaza como policía, no me encontraba en paz ni del todo feliz. Las guardias, los turnos rotativos… todo eso lastraba un poco mi bienestar y me hacía querer otra cosa”.
Sin saber muy bien qué esperaba encontrar en el ámbito laboral, Roberto aprovechaba los huecos entre las guardias nocturnas para investigar sobre tecnología: «Me fascinaba leer sobre cómo la inteligencia artificial estaba revolucionando las empresas, automatizando tareas y haciendo los negocios más eficientes», comenta, a la vez que repasa algunos de los proyectos que dirige en la actualidad.
Un pequeño negocio se convirtió en inspiración
Como en el caso de otros muchos alumnos de la Agencia IA, la pasión de Roberto nació por casualidad. “Un amigo de toda la vida me enseñó cómo había automatizado su negocio de una manera muy sencilla y los beneficios que obtenía con ello; me apasionó”.
Desde ese momento, este joven supo que quería vincular su camino a la inteligencia artificial: “Cuando descubrí el Máster de IA de Agencia IA, supe que era mi oportunidad de evolucionar profesionalmente”, reconoce.
El camino no fue fácil, ya que tuvo que compatibilizar sus turnos y tareas como policías con las tareas de la formación. Todo ello luchando con la “incomprensión” de amigos y familiares, que no entendían ese ‘giro de guion’.
Sin embargo, Roberto siguió con su objetivo en mente y, con la ayuda de los profesores del máster, “que fueron muy comprensibles”, el cambio en su vida se produjo.
Tres meses para montar su proyecto de IA
“En solo tres meses, ya estaba desarrollando mis primeras automatizaciones”, cuenta este profesional, que hoy es una de las referencias nacionales dentro de su sector.
Comenzó su carrera con pequeños negocios y, hoy, trabaja como consultor independiente para marcas de gran importancia: “He pasado de patrullar las calles a diseñar sistemas que ayudan a las empresas a ahorrar tiempo y dinero. Mis clientes quedan asombrados cuando ven cómo procesos que antes llevaban días, ahora se realizan en minutos», cuenta.
El caso de Roberto solo es uno de los que se producen, día a día, en centros de formación especializados como la Agencia IA: personas de ámbitos laborales totalmente tradicionales se convierten en líderes de desarrollos tecnológicos apoyados en la IA, la herramienta del futuro.