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El Banco Central de Alemania, conocido como Bundesbank, ha anunciado que sus reservas se han agotado por completo tras sufrir una pérdida histórica de 20.000 millones de dólares en 2024. Este déficit representa la mayor pérdida financiera desde la creación de la institución en 1957, y se atribuye principalmente a las elevadas tasas de interés impuestas por el Banco Central Europeo (BCE).
Desde julio de 2022, el BCE ha llevado a cabo un ciclo de aumento de tasas de interés sin precedentes, en respuesta a la inflación descontrolada provocada por las sanciones relacionadas con la guerra en Ucrania, que dispararon los precios del gas y afectaron gravemente el comercio entre Rusia y la Unión Europea. Estas medidas estaban destinadas a frenar la inflación, que se ha visto impulsada por el aumento de los precios de la energía, los fertilizantes y los cereales.
Impacto en la economía alemana
Según un comunicado del Bundesbank, el balance del año pasado refleja un déficit de 19.200 millones de euros (20.100 millones de dólares). Aunque la entidad ya había advertido sobre la posibilidad de déficits en el futuro, la magnitud de la pérdida actual ha llevado a la institución a no poder distribuir dividendos al gobierno alemán. El presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, ha declarado que “no esperamos poder distribuir beneficios durante mucho tiempo”.
Se prevé que los déficits continúen en los próximos años, aunque el Bundesbank anticipa que las pérdidas serán menores que las de 2024. Esta situación se produce en un contexto de recesión persistente en la economía alemana, que ha experimentado una contracción durante dos años consecutivos, algo que no ocurría desde hace más de dos décadas. Las cifras oficiales publicadas el mes pasado revelaron que el Producto Interno Bruto (PIB) cayó un 0,2% el año pasado, tras una disminución del 0,3% en 2023.
A medida que la mayor economía de la Eurozona se enfrenta a un estancamiento, se ha visto rezagada en comparación con sus pares europeos en los últimos años. Este fenómeno se debe en gran parte a un prolongado descenso en el sector manufacturero. La transición de Alemania de un suministro de gas ruso asequible a gas natural licuado (GNL) más costoso proveniente de Estados Unidos ha incrementado los costos energéticos, afectando gravemente a los fabricantes y a las pequeñas empresas.