
Un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad. Esa maravillosa frase, acuñada por el primer astronauta que pisó la luna, se puede aplicar hoy en día a un ámbito muy distinto: el de la lucha contra el cambio climático.
Ese es el gran reto del siglo XXI. Por eso, existen grandes proyectos como el que desde Azada Verde hacen en Mozambique, luchando contra el cambio climático, a la vez que ayudan a familias de agricultores a salir de la pobreza con la implantación de energías limpias.
Este tipo de proyectos son inspiradores y demuestran que también tú, en tu ciudad, en tu casa, en tu día a día, puedes contribuir a mejorar el mundo. ¿Cómo? Con tan solo cinco sencillos hábitos que se pueden implementar hoy mismo.
Cuidado del agua
La conciencia sobre el gasto de agua es cada vez mayor. Si hace años se gastaba este bien casi sin control, hoy la mayor parte de la sociedad ha integrado hábitos muy positivos en este sentido.
¿Qué se puede hacer al respecto? Simples gestos como cerrar el grifo mientras nos enjabonamos en la ducha o en el momento en el que nos cepillamos los dientes bastan para ir sumando en la balanza de lo positivo.
Pero se puede ir más allá: aprovechar todo el espacio en el lavavajillas y la lavadora, usar filtros que regulan el caudal o utilizando cisternas de doble descarga, los efectos conseguidos serán mucho mayores.
La luz LED
El gasto eléctrico también es muy contaminante, por todo lo que supone generar esa energía. El simple hecho de sustituir las bombillas tradicionales por dispositivos halógenos con LED ya es más que suficiente para reducir la emisión de CO₂ a la atmósfera.
Además, estas bombillas tienen una vida útil mucho más larga, de modo que también se reducen los residuos plásticos y metálicos que llegan a la basura.
Reciclar y dar una segunda vida a objetos
El reciclaje es un imprescindible en quienes desean luchar contra el cambio climático. El simple hecho de separar las basuras ya supone una gran ayuda a nivel social, resultado del esfuerzo de personas individuales y familias.
Si además se intenta dar una segunda vida a objetos como la ropa pasada de moda, electrodomésticos que se han sustituido por otros mejores, etc., el beneficio es doble.
Consumo de productos ecológicos
Los mercados de frutas, verduras e incluso carnes ecológicas han crecido muchísimo en presencia en esta década.
Al consumir estos productos no solo se está cuidando el organismo, sino que se fomenta una agricultura y una industria cárnica que trabaja con menos químicos, máquinas y elementos que son nocivos para el entorno.
Una casa verde
Las plantas son decorativas, pero también tienen un impacto positivo en el medio ambiente: atrapan el CO₂ y lo almacenan. Esto quiere decir que poner algunas plantas en casa ayuda, casi sin esfuerzos, a la mejora del mundo.
Si te preguntas cómo reducir tu impacto sobre el cambio climático, aquí tienes cinco recomendaciones básicas y muy sencillas de implementar para lograrlo desde que termines de leer el artículo.