
La empresa británica de petróleo BP ha anunciado recientemente un cambio significativo en su estrategia, con planes de aumentar su inversión anual en petróleo y gas a 10.000 millones de dólares hasta 2027. Esta decisión se enmarca dentro de un contexto de reestructuración estratégica que busca optimizar sus recursos y mejorar su rendimiento financiero.
Como parte de esta nueva dirección, BP ha indicado que su gasto de capital anual se reducirá a un rango de entre 13.000 y 15.000 millones de dólares durante el mismo periodo, mientras que se espera realizar desinversiones por valor de 20.000 millones de dólares para finales de 2027. La compañía también ha señalado que la inversión en negocios de transición energética será «significativamente menor» en los próximos años, con un gasto previsto de entre 1.500 y 2.000 millones de dólares al año, lo que representa una reducción de más de 5.000 millones en comparación con la guía anterior.
El CEO de BP, Murray Auchincloss, ha afirmado que esta reestructuración es fundamental para el crecimiento sostenible del flujo de caja y los retornos. A pesar de la creciente presión de inversores activistas como Elliot Management, que han adquirido una participación en la empresa, Auchincloss y su equipo buscan tranquilizar a los accionistas sobre la viabilidad del nuevo enfoque estratégico.
A lo largo de los años, BP ha enfrentado críticas por su desempeño en comparación con sus competidores en la industria, lo que ha suscitado dudas sobre la dirección estratégica de la compañía. En este contexto, las acciones de BP experimentaron una caída del 1% tras el anuncio.
Un cambio hacia lo tradicional
La decisión de BP de reducir la inversión en energías renovables y centrarse en sus activos de combustibles fósiles ha sido calificada como «sorprendente pero no inesperada» por analistas del sector. Lindsey Stewart, director de inversión en Morningstar Sustainalytics, ha señalado que esta estrategia refleja una presión creciente para que BP priorice la sostenibilidad financiera sobre la ecológica.
En los últimos años, BP había sido pionera en el compromiso hacia la reducción de emisiones, anunciando en 2019 su intención de alcanzar emisiones netas cero para 2050. Sin embargo, en 2023, la empresa ya había ajustado sus objetivos de reducción de emisiones, ahora con un objetivo de entre el 20% y el 30%, justificando la necesidad de continuar invirtiendo en petróleo y gas para satisfacer la demanda global.