El fenómeno de la animación en China ha tomado un impulso significativo en los últimos años, convirtiéndose en una de las industrias culturales más prometedoras del país. La reciente película de animación «Ne Zha 2», lanzada a finales de enero durante el período del Festival de Primavera, ha sido un claro ejemplo de este crecimiento. Con unos ingresos de más de 13 mil millones de yuanes (aproximadamente 1.79 mil millones de dólares), ha superado a grandes producciones de Hollywood, consolidándose como la película de animación más taquillera a nivel mundial.
Desde la eliminación de las restricciones de COVID-19, la industria de la animación china ha visto un resurgimiento notable. Títulos como «Chang An», que narra la vida del poeta Li Bai desde la perspectiva de su amigo, han conseguido captar la atención del público, generando ingresos que superan los 250 millones de dólares. Este crecimiento ha sido respaldado por una infraestructura robusta y un creciente número de estudios, como Light Chaser Animation, que busca expandir su producción a dos películas al año a partir de 2026, empleando inteligencia artificial como herramienta complementaria.
Un auge sin precedentes
La historia reciente de la animación china se remonta a aproximadamente una década. Películas como «Big Fish and Begonia» han sido pioneras, estableciendo un nuevo estándar en la calidad y narrativa de las producciones animadas del país. Este año, «Deep Sea», de OctMedia, también ha sido aclamada, demostrando que el contenido animado puede abordar temas profundos y resonar emocionalmente con los espectadores.
La estrategia de producción de «Ne Zha 2» se ha basado en la colaboración de múltiples estudios, con el soporte de casi 140 empresas, lo que refleja un modelo de cooperación que potencia la industria. Además, la financiación estatal ha sido un factor clave en este desarrollo, con subsidios que fomentan la producción de contenido nacional. El gobierno chino ha establecido un plan para convertir al país en un protagonista cinematográfico global para 2035, con metas ambiciosas que incluyen la producción de 50 películas al año.
Este enfoque estratégico ha permitido que las películas chinas dominen el mercado local, donde se espera que representen al menos el 55% de la taquilla anual. A medida que el interés por las producciones extranjeras decrece, como se ha evidenciado con la falta de interés en títulos de Hollywood, la animación nacional se posiciona como una alternativa viable y atractiva para el público chino.
En un contexto global, la capacidad de la animación china para resonar con audiencias tanto nacionales como internacionales se ve reforzada por la creciente popularidad de plataformas de streaming y la adaptación de historias tradicionales a formatos contemporáneos. Así, la industria de la animación se está transformando, dejando atrás su antigua imagen de contenido «infantil» y evolucionando hacia una narrativa más madura y diversificada.
