Oriol Junqueras, presidente de Esquerra Republicana, participó recientemente en el programa Espejo Público, donde abordó temas cruciales para la política actual, como la quita de deuda y los presupuestos del gobierno. Durante la entrevista, Junqueras fue categórico al afirmar que su partido no apoyará ninguno de los presupuestos propuestos, explicando que no ha habido una aproximación significativa a los mismos. Según el líder de Esquerra, «no votaremos unos presupuestos porque estamos convencidos de que unos presupuestos serán buenos en la medida en que incorporen muchos de los ingresos que deben derivarse del cumplimiento de algunos de estos acuerdos». En este sentido, destacó la importancia de la ampliación de crédito, que permitiría destinar más recursos a áreas fundamentales como la educación y las políticas sociales.
En cuanto a la condonación de la deuda, Junqueras aclaró que el acuerdo alcanzado no fue un pacto formal con Salvador Illa. Resaltó que «hablamos de muchas cosas con Illa y no pactamos», enfatizando que su intención es ofrecer una explicación clara y transparente sobre el contenido del acuerdo. Además, defendió la gestión económica de su partido, señalando que un crecimiento significativo del PIB contradice las críticas sobre una supuesta mala gestión. Afirmó que «si mala gestión significa un crecimiento del PIB importante, no sé lo que será la buena gestión».
Por otro lado, Junqueras hizo hincapié en la obsolescencia del sistema de financiación actual, que califica como «caducado desde hace 12 años». Criticó la diferencia en los recursos que reciben los ciudadanos en Cataluña en comparación con otras regiones, lo que, en su opinión, ha llevado a una infrafinanciación de los servicios públicos. En relación al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), Junqueras lo describió como un mecanismo que permite al Gobierno español cobrar intereses sobre recursos que deberían pertenecer a las comunidades autónomas. A su juicio, la gestión del Gobierno del PP ha sido ineficaz, ya que «quien se apropiaba de todo el margen de déficit que Europa permitía era el Gobierno central».
