El nuevo liderazgo de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB, por sus siglas en inglés) ha decidido desestimar al menos cuatro demandas de ejecución emprendidas por la administración anterior. Este movimiento se produce en un contexto donde las instituciones estadounidenses parecen experimentar cambios radicales en su enfoque regulatorio.
En documentos legales, la CFPB notificó su decisión de desestimar voluntariamente los casos que involucraban a empresas como Capital One, Vanderbilt Mortgage & Finance, subsidiaria de Berkshire Hathaway, y el servicio de préstamos de la Pennsylvania Higher Education Assistance Agency. En el caso de Capital One, la agencia afirmó: «El demandante, la Oficina de Protección Financiera del Consumidor, desestima con prejuicio esta acción contra todos los demandados». Se empleó un lenguaje similar en los otros casos.
Este cambio se ha interpretado como una señal del abrupto giro que ha tomado la agencia desde que el director interino, Russell Vought, asumió el cargo a principios de este mes. En colaboración con el Departamento de Eficiencia del Gobierno de Elon Musk, la CFPB ha cerrado su sede en Washington, despedido a unas 200 personas y ha instruido a los que permanecen a detener casi todo tipo de trabajo.
Empleados actuales y anteriores de la CFPB han compartido que es probable que se desestimen casos legales con fechas de juicio próximas, ya que la agencia se desvincula de la mayoría de las acciones emprendidas por su predecesor, Rohit Chopra. Esta tendencia comenzó la semana pasada, cuando la agencia desestimó su caso contra SoLo Funds, un prestamista fintech que anteriormente había sido acusado de explotar a sus clientes.
Reacciones políticas y preocupaciones sobre la protección del consumidor
Los movimientos de la CFPB han suscitado críticas, especialmente durante la reciente audiencia de nominación en la que los senadores interrogaron a Jonathan McKernan, la elección del presidente Trump para liderar permanentemente la CFPB. La senadora Elizabeth Warren expresó su preocupación, indicando que «mientras usted ha estado hablando sobre la importancia de seguir la ley, nos llega la noticia de que la CFPB está desestimando demandas contra empresas que están engañando a las familias estadounidenses, o que se alegan que lo están haciendo». Afirmó que «el momento de este anuncio parece diseñado para avergonzarlo».
En este contexto, es importante reflexionar sobre cómo las decisiones de las entidades reguladoras pueden estar influenciadas por las agendas políticas, y cómo estos cambios pueden impactar la protección de los consumidores en un país donde el discurso sobre la regulación financiera a menudo se polariza. La evolución de la CFPB bajo la nueva dirección plantea preguntas sobre la dirección futura de la política de protección del consumidor en Estados Unidos.
