La desaparición de la presa de Olloki, situada en Gipuzkoa, ha marcado un hito en el estudio de la geomorfología fluvial. Askoa Ibisate, un geógrafo especializado en este campo, ha liderado una investigación que revela cómo la demolición de la presa ha influido en el transporte de sedimentos en el río Leitzaran. Publicado en la revista Geomorphology, este estudio ha requerido un seguimiento meticuloso durante siete años, proporcionando datos valiosos para entender las consecuencias de la eliminación de estructuras que alteran los cauces fluviales.
La eliminación de presas, impulsada por políticas de la Unión Europea orientadas a la restauración de ríos, se ha convertido en una práctica cada vez más común. La presa de Olloki fue demolida, principalmente, para favorecer el hábitat del salmón, ya que la funcionalidad ecológica de los ríos depende de su capacidad para mover agua, sedimentos y nutrientes. Según Ibisate, las presas actúan como «coágulos de sangre» que obstruyen el flujo natural de los ríos, impidiendo su correcta funcionalidad.
Impacto del Estudio en la Gestión de Ríos
El trabajo de Ibisate ha permitido analizar cómo ha cambiado el transporte de sedimentos a lo largo del río tras la demolición de la presa. Se ha observado un aumento significativo en el volumen de piedras movilizadas y una ampliación de su recorrido. Este fenómeno se ha entendido a través de mediciones realizadas en tres puntos específicos del río, antes, durante y después del proceso de demolición.
Los resultados indican que, tras la demolición completa de la presa, la cantidad de sedimentos desplazados ha aumentado, aunque este proceso se ha producido de manera gradual, desmitificando el miedo a que los sedimentos acumulados se liberaran abruptamente y causaran daños en la infraestructura ribereña. Este seguimiento prolongado ha sido clave para ofrecer a las autoridades información precisa en la planificación de futuras demoliciones de presas. Las características particulares de cada cauce deben ser consideradas, pero el estudio proporciona un marco de referencia útil para prever las respuestas geomorfológicas ante la eliminación de presas.
La investigación ha seguido el movimiento de 1.800 piedras, liberadas en diferentes puntos del río, utilizando un sistema de codificación que permite rastrear su recorrido. Este enfoque ha revelado que algunas piedras llegaron a desplazarse hasta 8.8 kilómetros en un solo año, superando las expectativas iniciales de los investigadores. La duración del estudio y la variedad de condiciones hidrológicas registradas han enriquecido aún más los resultados, permitiendo evaluar el impacto del caudal en el transporte de sedimentos.
Este tipo de investigaciones no solo contribuyen al entendimiento de los ecosistemas fluviales, sino que también subrayan la importancia de la intervención humana en la restauración de hábitats naturales. La experiencia adquirida en la demolición de la presa de Olloki puede ser un referente para futuros proyectos de restauración fluvial en España y Europa, donde el equilibrio entre desarrollo humano y conservación del medio ambiente se vuelve cada vez más crucial.
