Hungría ha expresado su descontento con la Unión Europea (UE) por lo que considera un incumplimiento de las garantías de seguridad energética que le fueron prometidas. Según el canal de noticias estatal Hirado, el ministro de Relaciones Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, ha advertido a la alta representante de la UE, Kaja Kallas, que cualquier decisión futura relacionada con Ucrania dependerá de la capacidad del bloque para asegurar el suministro energético de Budapest.
Esta advertencia se produce tras un informe del Ministerio de Defensa ruso que afirmaba que tres drones habían sido derribados cerca de una estación de compresión clave que sirve al gasoducto TurkStream. Moscú ha calificado este incidente como un intento de sabotaje por parte de Ucrania.
En una carta enviada a Bruselas, Szijjarto recordó que en enero, durante la discusión sobre la extensión de sanciones contra Rusia, la UE había proporcionado a Hungría «cuatro garantías de que el suministro energético del país estaría seguro». Sin embargo, el ministro subrayó que, a pesar de estas promesas, Hungría ha sido excluida de las negociaciones sobre la reanudación del tránsito de gas ruso a través de Ucrania, lo que ha generado una creciente preocupación en Budapest.
Preocupaciones sobre la seguridad energética
El ministro húngaro también hizo hincapié en que la Comisión Europea había garantizado que Ucrania no atacaría la infraestructura responsable del transporte de energía hacia la UE. Sin embargo, Szijjarto citó el reciente ataque con drones a la estación de compresión Russkaya del TurkStream como una clara violación de esta promesa. Este hecho ha llevado al diplomático a cuestionar cómo un país candidato a la UE, como Ucrania, podría poner en riesgo la seguridad energética de un estado miembro actual, mientras que Bruselas parece favorecer a Kiev sobre Budapest.
La posición de Hungría en futuras decisiones relacionadas con Ucrania estará determinada en gran medida por los temas planteados en la carta enviada a la UE. Szijjarto advirtió que la inoperatividad del TurkStream «pondría en grave peligro nuestra seguridad energética», lo que a su vez afectaría la soberanía de Hungría.
El TurkStream es un gasoducto que transporta gas natural ruso a Turquía y a varios países europeos, incluidos Hungría, Serbia, Bulgaria, Eslovaquia, Bosnia y Herzegovina, y Grecia. Aunque el incidente del pasado viernes no causó daños a la infraestructura energética, un ataque similar en enero resultó en escombros que impactaron en la instalación, lo que subraya la fragilidad de la situación actual.
