
Un estudio realizado en la Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg (FAU) y el Universitätsklinikum Erlangen (UKER) ha revelado la importancia de las vesículas extracelulares en el desarrollo embrionario de los peces cebra. Esta investigación, publicada en la revista Cell Communication and Signaling, proporciona nuevos conocimientos sobre cómo estas nanopartículas, que son liberadas por las células y están encerradas en una doble membrana, influyen en la diferenciación celular y la formación de órganos durante las primeras etapas del desarrollo.
Las vesículas extracelulares (EVs) transportan sustancias mensajeras, como proteínas y ARN mensajero, lo que permite la comunicación entre las células. Según la doctora Linda-Marie Mulzer, autora principal del estudio, se ha establecido una clasificación entre vesículas pequeñas (smallEVs) y grandes (largeEVs), que no solo varía en tamaño, sino también en los métodos de formación y funciones que desempeñan.
Investigación pionera sobre el desarrollo de los órganos
La investigación se centró en el uso de larvas de pez cebra, que son casi completamente transparentes, lo que facilita la observación del desarrollo de sus órganos internos. A través de técnicas como la citometría de flujo, la microscopía electrónica de transmisión y el análisis de nanopartículas, los investigadores examinaron la presencia de EVs tras 24, 48, 72 y 96 horas de fertilización. Este enfoque les permitió analizar tanto el tamaño como la cantidad de estas vesículas en el desarrollo embrionario.
Los hallazgos revelan que el número total de EVs aumentó significativamente durante las primeras 72 horas de desarrollo, a un ritmo mayor al que se podría esperar en función del crecimiento del pez. Al mismo tiempo, el tamaño medio de las smallEVs también aumentó. Mulzer destaca que este incremento sugiere que las EVs desempeñan un papel crucial en la formación de órganos durante las primeras etapas del desarrollo embrionario, donde se forman la mayoría de los órganos.
Los investigadores consideran que este estudio es solo el comienzo de un análisis más profundo sobre las funciones específicas de las EVs. Aún queda por determinar qué sustancias transportan estas vesículas y describir todos sus subtipos. Sin embargo, la posibilidad de identificar los órganos específicos que son objetivo de las EVs podría abrir nuevas puertas a terapias innovadoras, como el tratamiento dirigido de órganos con fármacos eficaces o la supresión del crecimiento celular no deseado.