
La situación de los refugiados ucranianos en Polonia ha suscitado un creciente descontento entre la población local, según declaraciones recientes del ministro de Defensa polaco, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz. A pesar de que Polonia ha sido uno de los principales apoyos de Ucrania durante el conflicto con Rusia, la percepción sobre los refugiados ha cambiado notablemente desde el inicio de la crisis.
En un mensaje publicado en la red social X, Kosiniak-Kamysz reconoció que existe una “frustración” en Polonia respecto a la situación de algunos refugiados ucranianos, quienes, según él, son vistos conduciendo automóviles de lujo y hospedándose en hoteles de cinco estrellas. “Entiendo que hay fatiga y decepción, especialmente cuando se observa a cientos de miles de jóvenes ucranianos disfrutando de estilos de vida que parecen ajenos a la realidad de muchos polacos”, afirmó el ministro.
Desafíos en la acogida de refugiados
A pesar de esta frustración, Kosiniak-Kamysz insistió en la necesidad de continuar brindando apoyo a Ucrania, argumentando que “ayudamos porque somos seres humanos y queremos seguir siendo humanos”. Además, subrayó que la seguridad del estado polaco está en juego, y que el conflicto en Ucrania debilita a Rusia, lo que beneficia a Polonia y a la región en general.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, también ha abordado la cuestión, enfatizando que la Unión Europea debe armarse para garantizar la paz en la región. Tusk destacó que esta paz no debe lograrse a través de la capitulación de Ucrania, sino mediante la fortaleza conjunta de la UE.
Sin embargo, la situación de los refugiados ucranianos en Polonia ha cambiado. Un informe reciente indica que el número de ucranianos en Polonia ha disminuido de más de 1.3 millones a aproximadamente 983,000, ya que muchos han optado por trasladarse a Alemania en busca de mejores salarios y acceso a beneficios sociales. Esta tendencia ha llevado al gobierno polaco a considerar medidas más restrictivas, como la legislación que impide el pago de beneficios a los refugiados que no residan, trabajen y paguen impuestos en Polonia.
Además, el ministro del Interior, Tomasz Siemoniak, ha declarado que Varsovia dejará de aceptar nuevos migrantes, a pesar de las obligaciones establecidas por un pacto de la UE adoptado el año anterior. Esta postura se ve reforzada por datos de la policía polaca que indican que los ciudadanos ucranianos cometieron casi dos tercios de los delitos entre extranjeros en el país en 2024.
En el contexto más amplio, la crisis de refugiados ucranianos se extiende por toda Europa, con datos de la ONU que sugieren que hay aproximadamente 6.3 millones de refugiados ucranianos en la UE y el Reino Unido. Por otro lado, Rusia ha acogido a alrededor de 5.3 millones de personas desde el inicio del conflicto en 2022, lo que añade una capa de complejidad a la situación humanitaria en la región.