En la oscuridad del frente ucraniano, un grupo de soldados se enfrenta a un escenario de peligro constante. Con el sonido de un dron en el aire y la amenaza de ataques aéreos rusos, la estrategia de estos combatientes ha cambiado drásticamente desde el inicio de la invasión en 2022. La adaptación a nuevas tácticas es crucial para su supervivencia, y el uso de tecnología avanzada se ha convertido en una parte esencial de su arsenal.
La guerra en el aire
Los soldados, que antes no eran profesionales, ahora se han convertido en pilotos de drones, utilizando aeronaves como el Vampiro, un dron grande y pesado que se ha vuelto fundamental en sus operaciones nocturnas. Este dron, conocido por su capacidad de volar con cámaras térmicas y su habilidad para transportar cargas de hasta 20 kilos, se ha convertido en un símbolo del miedo entre las tropas rusas. La denominación de «Baba Yaga», un ser mitológico que devora humanos, refleja la percepción de amenaza que genera entre los soldados de Moscú.
La estrategia de los ucranianos incluye salir durante el día para evitar ser detectados, utilizando caminos poco transitados que llevan al campo de batalla. Una vez que cae la noche, activan sus sistemas de guerra electrónica y aceleran para minimizar el riesgo de ser atacados. La velocidad es esencial, ya que algunos drones rusos pueden alcanzar hasta 300 km/h, lo que convierte cada misión en un juego de supervivencia.
El Vampiro, aunque lento y ruidoso, se ha convertido en un aliado en la lucha. Su capacidad para lanzar minas y proyectiles sobre las posiciones rusas ha cambiado el curso de varios enfrentamientos. La combinación de tecnología y tácticas innovadoras permite a los soldados ucranianos reducir la exposición de sus tropas en zonas críticas, un enfoque que se ha vuelto cada vez más necesario en el contexto actual de la guerra.
La experiencia de los soldados en el terreno es palpable. Con cada misión, deben estar preparados para actuar rápidamente, ya que el tiempo es un factor crucial. La amenaza de ser detectados por el enemigo obliga a los pilotos a moverse con cautela, y el sonido ensordecedor de los drones se convierte en un recordatorio constante de los riesgos que enfrentan. Sin embargo, la determinación de estos hombres y mujeres refleja un compromiso inquebrantable con su país y su lucha por la libertad.
