El arquitecto chino Liu Jiakun ha sido galardonado con el prestigioso Premio Pritzker de Arquitectura, un reconocimiento que subraya su contribución a la arquitectura contemporánea y su enfoque humanista en el diseño de espacios. A sus 69 años, Jiakun es solo el segundo ciudadano chino en recibir este premio, tras el arquitecto Wang Shu en 2012, lo que resalta la relevancia de su trabajo en un país donde la práctica arquitectónica privada no se permitió hasta la década de 1990.
Fundador de Jiakun Architects y originario de Chengdu, Liu ha manifestado que su objetivo es crear entornos habitables que sean hermosos, justos y dignos. Su enfoque se centra en equilibrar las necesidades comerciales con las demandas humanas de la comunidad, buscando siempre la creación de espacios que fomenten la interacción social y el bienestar colectivo.
Entre sus obras más destacadas se encuentra el West Village en Chengdu, un innovador centro urbano de cinco plantas que combina cultura y comercio. Este proyecto, inaugurado en 2015, no solo proporciona un espacio para actividades comerciales y recreativas, sino que también integra caminos para ciclistas y peatones, permitiendo a la comunidad disfrutar de la conexión con el entorno natural y urbano circundante.
Otro de sus trabajos notables es el Departamento de Escultura del Instituto de Bellas Artes de Sichuan en Chongqing, que presenta una solución arquitectónica ingeniosa para maximizar el espacio en un terreno estrecho, con niveles superiores que se proyectan hacia fuera, aumentando así la superficie útil del edificio.
En una reciente entrevista, Liu enfatizó que no se considera un arquitecto que busque un estilo visual distintivo. En su lugar, prefiere adoptar un enfoque metódico y estratégico, adaptándose a las condiciones locales de cada lugar. «No quiero tener un estilo muy marcado que se reconozca de inmediato», afirmó, destacando su deseo de comprender profundamente el contexto de sus proyectos antes de desarrollar sus diseños.
Entre sus otras obras se encuentran un enigmático museo del reloj en Chengdu, que evoca la elegancia atemporal de un reloj de sol, y un museo de ladrillo en Suzhou. Recientemente, también ha revitalizado un histórico distrito de templos en Lishui y transformado un dramático complejo de cuevas en Luzhou.
Liu Jiakun también se esfuerza por equilibrar el patrimonio artístico y arquitectónico de China con las realidades de la tecnología moderna. Reconoce la grandeza de la arquitectura tradicional china, pero también señala que esta es un producto de su tiempo. Aspira a comprender los elementos temáticos de la tradición que pueden perdurar y a expresarlos con un lenguaje contemporáneo, asegurando que la tradición sirva como núcleo de su trabajo mientras que la presentación sea actual.
Cuando se le preguntó sobre el impacto del reconocimiento en su vida, Liu reflexionó sobre la necesidad de mantener la normalidad y no dejarse llevar por la presión de las expectativas. Afirmó que aunque el premio podría facilitar su promoción, no necesariamente lo haría mejor en su labor profesional, resaltando la importancia de mantener un enfoque equilibrado y realista ante los logros.
