
La aerolínea Southwest Airlines ha decidido cerrar dos de sus bases para asistentes de vuelo en un contexto de reducción de costos que ha llevado a realizar sus primeras despidos masivos en más de 50 años de operación. Esta medida, que se enmarca dentro de una estrategia empresarial de ajuste y reestructuración, afectará a los trabajadores de las bases ubicadas en el Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale-Hollywood, en Florida, y en el Aeropuerto Internacional Austin-Bergstrom, en Texas.
El presidente del sindicato de asistentes de vuelo, Bill Bernal, ha señalado que, aunque la compañía tiene derecho a tomar esta decisión, el impacto en los empleados es significativo. En un esfuerzo por mitigar las dificultades que enfrentarán los afectados, se acordó retrasar el cierre un mes, estableciendo su efectividad para el 1 de julio.
Reestructuración y su impacto en los empleados
Las bases que serán cerradas son consideradas como satélites, es decir, son más pequeñas y específicas para los asistentes de vuelo, a diferencia de las bases principales que albergan también a los pilotos. La compañía ha indicado que los 280 asistentes de vuelo que verán afectada su situación laboral podrán trasladarse a las 12 bases principales que mantiene Southwest.
Un portavoz de la aerolínea ha defendido que esta reestructuración es necesaria para fortalecer la red de tripulación y garantizar un funcionamiento más fiable tanto para los empleados como para los clientes. Este tipo de decisiones, aunque difíciles, son comunes en el sector aéreo, que ha experimentado múltiples desafíos en los últimos años, exacerbados por la pandemia y la presión de inversores activistas, como Elliott Investment Management, que ha buscado influir en la dirección de la empresa.
Recientemente, Southwest Airlines ha iniciado una reducción de rutas no rentables, lo que ha afectado a numerosos empleados de primera línea, especialmente en Atlanta. Además, está previsto que la aerolínea reduzca un 15% de su personal corporativo, un total de 1,750 trabajadores, lo que supondrá un ahorro estimado de 210 millones de dólares para este año.