
Este miércoles, China ha establecido su objetivo de crecimiento del PIB para 2025 en «alrededor del 5%» y ha presentado un paquete de medidas de estímulo para impulsar su economía en medio de crecientes tensiones comerciales con Estados Unidos. El país ha elevado su objetivo de déficit presupuestario al «alrededor del 4%» del PIB, en comparación con el 3% del año anterior, según el informe oficial presentado en la reunión anual de su cuerpo legislativo más importante.
Este nuevo déficit marcaría el nivel más alto desde 2010, superando el 3.6% registrado en 2020. El informe del gobierno incluye planes para emitir 1.3 billones de yuanes (178.9 mil millones de dólares) en bonos del tesoro de ultra largo plazo en 2025, 300 mil millones más que el año anterior. Además, se emitirán otros 500 mil millones de yuanes en bonos especiales para apoyar a los grandes bancos comerciales estatales.
El paquete fiscal ampliado también contempla la emisión de 4.4 billones de yuanes en bonos de propósito especial para gobiernos locales este año, con el fin de aliviar sus presiones de financiamiento. En un reconocimiento implícito de la débil demanda interna, Pekín ha revisado a la baja su objetivo de inflación anual al «alrededor del 2%», la cifra más baja en más de dos décadas.
Desarrollo económico y empleo
El nuevo objetivo de inflación actuará más como un techo que como una meta a alcanzar, dado que los precios al consumidor solo aumentaron un 0.2% en 2024 y han estado en declive durante más de dos años. A pesar de enfatizar la necesidad de aumentar el consumo interno, Pekín ha prometido expandir su programa de intercambio de bienes de consumo con una inyección adicional de 300 mil millones de yuanes en bonos especiales.
China busca mantener la tasa de desempleo urbano, que se situó en el 5.1% el año pasado, en alrededor del 5.5% y crear más de 12 millones de empleos en áreas urbanas. La apertura de la reunión anual del Congreso Nacional del Pueblo coincide con un discurso del presidente estadounidense Donald Trump, quien podría presentar su agenda y objetivos para el año.
En relación a Taiwán, Pekín ha reiterado su postura de «oponerse resueltamente a las actividades separatistas» que persiguen la independencia de la isla, al tiempo que promueve un «desarrollo pacífico de las relaciones a través del estrecho». En medio de estas tensiones, el gobierno chino ha respondido a nuevas tarifas impuestas por Estados Unidos con la implementación de aranceles adicionales de hasta el 15% sobre algunos productos estadounidenses, lo que refleja la complejidad de las relaciones económicas entre ambas potencias.