El auge de la inteligencia artificial desata una crisis en las redes eléctricas europeas

In Economía
marzo 05, 2025

La creciente demanda de electricidad en Europa, impulsada por la revolución de la inteligencia artificial y la transición energética, plantea importantes desafíos para la infraestructura eléctrica del continente. Con el auge de los centros de datos, que requieren cantidades masivas de energía, la conexión a las redes eléctricas se ha convertido en un proceso complejo y, a menudo, prolongado. Expertos advierten que las empresas están enfrentando tiempos de espera de hasta ocho años para poder conectarse a las redes eléctricas envejecidas y sobrecargadas de Europa.

La Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que, a nivel mundial, al menos 1,500 gigavatios de proyectos de energía limpia se han detenido o retrasado debido a la falta de conexiones adecuadas a la red. Se requiere una inversión de aproximadamente 700,000 millones de dólares para que los países alcancen sus objetivos de sostenibilidad.

Un ecosistema energético en transformación

La evolución de los centros de datos hacia un «ecosistema de respaldo energético» es una respuesta a estas limitaciones. Con la posibilidad de generar su propia energía mediante reactores nucleares modulares pequeños y sistemas de almacenamiento de baterías, los centros de datos se posicionan como actores centrales en la nueva dinámica de la red eléctrica. Este cambio es necesario para afrontar una competencia creciente, donde las solicitudes de conexión han pasado de una o dos al año en algunos países, a mil.

A pesar de la necesidad crítica de energía por parte de industrias emergentes, Europa se enfrenta a un crecimiento modesto en la demanda eléctrica, en comparación con otras regiones del mundo. La crisis energética desencadenada por el conflicto en Ucrania ha llevado a que los precios de la electricidad se mantengan elevados, afectando la demanda de tecnologías como bombas de calor y vehículos eléctricos. Si bien el crecimiento sin precedentes de los centros de datos está contribuyendo a la curva de demanda, otros sectores parecen estar en desaceleración.

Organismos como Ember han señalado que, aunque el aumento en la demanda eléctrica de Europa fue mínimo en 2024, hay indicios de un repunte tras años de declive. Sin embargo, la región sigue por detrás de las proyecciones globales de crecimiento, que se estiman en un 3.9% para los próximos años.

Este escenario resalta la importancia de una planificación anticipada y de la adaptación de las normativas para facilitar inversiones en infraestructuras eléctricas. La implementación de acuerdos flexibles de conexión, como se está probando en Noruega, podría ser una solución viable para gestionar la demanda energética de manera más eficiente.

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