
La primera misión comercial del nuevo cohete europeo Ariane 6 ha sido reprogramada para el próximo jueves, según anunció la empresa francesa Arianespace, tras un «anomalía» que obligó a posponer el lanzamiento a última hora. Este cohete, que ha sufrido ya dos retrasos, estaba previsto que despegara el lunes, pero la detección de una válvula defectuosa obligó a la compañía a tomar la decisión de aplazar la misión.
La misión tiene como objetivo principal poner en órbita un satélite militar francés, al tiempo que busca establecer un acceso independiente de Europa al espacio, sin depender de Estados Unidos o Rusia. Esta iniciativa se produce en un contexto en el que la industria espacial comercial europea enfrenta serios desafíos para mantenerse competitiva frente a empresas como SpaceX, de Elon Musk.
Un lanzamiento complicado
El lanzamiento, que originalmente estaba planificado para diciembre, ya había sido retrasado hasta el 26 de febrero y luego al 3 de marzo debido a problemas en el traslado del satélite a la plataforma de lanzamiento. Sin embargo, minutos antes del despegue desde el puerto espacial europeo en Kourou, Guayana Francesa, la compañía detectó una «anomalía» en uno de los tubos de combustible.
Arianespace, tras evaluar el equipo en tierra, ha fijado un nuevo lanzamiento para el «6 de marzo de 2025 a las 13:24 hora local en Kourou» (16:24 GMT). En un comunicado, la empresa aseguró que «Ariane 6 y su pasajero, el satélite CSO-3, se encuentran en condiciones estables y seguras».
El satélite CSO-3 completará una red de tres satélites de imagen militar franceses, siendo los dos primeros lanzados a bordo de cohetes Soyuz rusos en 2018 y 2020. Desde la invasión de Ucrania en 2022, Europa no ha podido utilizar los cohetes Soyuz, y el cohete Ariane 5 fue retirado en 2023, lo que ha llevado a los países europeos a buscar una mayor autonomía en materia de seguridad.
El CSO-3 está diseñado para mejorar las capacidades de inteligencia de Francia, permitiendo a su ejército recibir imágenes de muy alta resolución. A diferencia de los cientos de satélites lanzados por Estados Unidos y China, Europa cuenta con solo un puñado de satélites militares.
Dado el carácter militar del satélite, se están tomando estrictas precauciones de seguridad para limitar el acceso al puerto espacial de Kourou, incluyendo el despliegue de tres cazas Rafale para patrullar los cielos circundantes. La búsqueda de Europa por lanzar misiones espaciales de manera independiente ha sido complicada; el lanzador Vega-C no reanudó sus vuelos hasta diciembre de 2024, después de haber estado suspendido durante dos años debido a un accidente que resultó en la pérdida de dos satélites.
Los cuatro años de retrasos en el desarrollo del Ariane 6 han agravado esta situación. Sin embargo, el cohete de carga pesada realizó una prueba exitosa en julio de 2024 y está programado para llevar a cabo cinco lanzamientos este año.