
El bloque conservador liderado por Friedrich Merz, quien se perfila como el próximo canciller alemán, ha alcanzado un acuerdo con sus potenciales socios socialdemócratas para reformar de manera expedita el freno a la deuda. Este pacto incluye la apertura de un crédito extraordinario de miles de millones de euros destinado a Defensa y la creación de un fondo especial para infraestructuras. Merz y los líderes de la aún no formalizada gran coalición han hecho este anuncio sin haber comenzado las negociaciones oficiales para la formación del nuevo gobierno, aunque ya han mantenido reuniones preliminares.
Los tres partidos involucrados en este acuerdo son la Unión Cristianodemócrata (CDU), su aliada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD). La reforma del freno a la deuda, un mecanismo constitucional que limita el endeudamiento al 0,35 % del PIB, permitirá liberar restricciones sobre los gastos en Defensa. En cuanto a infraestructuras, se activará un fondo especial de 500.000 millones de euros para un periodo de diez años.
“Haremos todo lo necesario para garantizar la seguridad del país”, declaró Merz en una comparecencia conjunta con los líderes del SPD, Lars Klingbeil y Saskia Esken, así como con Markus Söder, líder de la CSU. Este compromiso refleja la creciente preocupación por la seguridad nacional en un contexto geopolítico incierto.
El freno a la deuda ha sido un punto de conflicto constante en la anterior coalición entre socialdemócratas, verdes y liberales bajo el canciller Olaf Scholz. La coalición se desmoronó debido al rechazo de los liberales a flexibilizar este límite. A raíz de la invasión de Ucrania, Scholz había anunciado un paquete especial para Defensa de 100.000 millones de euros, gran parte del cual se destinó a suministros a Kiev.
Conservadores y socialdemócratas tienen previsto presentar la correspondiente moción para la reforma constitucional la próxima semana en el Parlamento, que actualmente sigue en funciones, sin esperar a que se constituya la nueva cámara tras las elecciones generales del pasado 23 de febrero.
El bloque de Merz ganó las elecciones con cerca del 29 % de los votos, seguido por la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que obtuvo un 20 %. Por su parte, los socialdemócratas sufrieron un desplome histórico, alcanzando solo el 16 % de los votos.