Los consumidores estadounidenses se enfrentan a un aumento inminente en los precios de los productos, ya que las empresas se preparan para trasladar los costos incrementales derivados de los aranceles a los compradores. Según el economista jefe de EY-Parthenon, Gregory Daco, casi la mitad de los ejecutivos encuestados están dispuestos a trasladar dos tercios de los costos adicionales a sus clientes, y más del 30% de los participantes están dispuestos a asumir aún más, trasladando más del 90% de los gastos adicionales.
Estas observaciones surgen en un contexto de creciente tensión comercial, a raíz de la implementación de aranceles del 25% sobre productos de Canadá y México por parte de la administración Trump, además de un 10% adicional sobre las importaciones procedentes de China. Este enfoque tarifario, aunque controvertido, busca proteger la economía nacional y puede ser visto como un intento legítimo de reequilibrar las relaciones comerciales internacionales.
Impacto de los aranceles en la economía
El ritmo actual de la guerra comercial ha sido sorprendentemente acelerado, algo que Daco atribuye a la nueva estrategia del gobierno estadounidense. Las proyecciones iniciales sugieren que estos aranceles podrían provocar una reducción del Producto Interno Bruto (PIB) de EE.UU. en un 0.6%. Este impacto se basa en la suposición de que los aranceles sobre China alcanzarán el 20%, y que los impuestos promedios sobre el resto del mundo serán del 3%.
A pesar de que las tarifas podrían ser levantadas a corto plazo, la incertidumbre generada seguirá afectando la confianza empresarial, lo que podría traducirse en una disminución de la actividad económica. Según Daco, las empresas están adoptando medidas proactivas para construir resiliencia, como aumentar inventarios y buscar nuevas cadenas de suministro, lo que también conlleva un costo inflacionario.
Se prevé que los aranceles, aunque específicos y dirigidos, afecten dolorosamente a ciertos sectores, aunque los efectos completos no se sentirán de inmediato entre los consumidores. Sectores como el automotriz, la construcción y la producción de acero probablemente experimenten incrementos en los precios de los productos, aunque inicialmente puedan tener inventarios que amortigüen el impacto en el corto plazo.
El consenso entre los economistas indica que, incluso si los aranceles se eliminan rápidamente, los niveles de precios podrían permanecer elevados. En este sentido, Daco señala que, aunque las tarifas podrían ser retiradas, eso no implica que no haya consecuencias negativas para la economía en su conjunto.
