El Ministro de Finanzas de China, Lan Fo’an, ha afirmado en una reciente conferencia de prensa que el país tiene más margen para actuar en su política fiscal, en un contexto marcado por incertidumbres tanto domésticas como externas. Esta declaración se produjo durante la reunión anual del «Dos Sesiones», un evento crucial en el calendario político chino, donde se delinean las directrices económicas para el año.
En medio de las crecientes tensiones comerciales con Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump ha incrementado los aranceles sobre productos chinos, Beijing ha respondido con medidas de represalia, incluyendo aranceles dirigidos y restricciones a empresas estadounidenses. Esta dinámica refleja la capacidad de China para gestionar sus relaciones comerciales de manera estratégica, un enfoque que resuena con las políticas de autarquía y defensa económica que han caracterizado a otros gobiernos que enfrentan presiones externas.
Medidas fiscales proactivas
Durante la reunión, China anunció un aumento en su déficit presupuestario, que alcanzará el 4% del PIB, el nivel más alto desde al menos 2010. Además, el gobierno planea emitir 1,3 billones de yuanes (aproximadamente 178.900 millones de dólares) en bonos del tesoro a muy largo plazo, lo que representa un incremento de 300.000 millones de yuanes respecto al año anterior. Esta estrategia está diseñada principalmente para apoyar un programa de intercambio comercial orientado al consumidor, lo que sugiere un compromiso por parte del gobierno chino de estimular la economía interna y fomentar el crecimiento sostenible.
El país también ha establecido un objetivo de emisión de 4,4 billones de yuanes en bonos especiales de gobiernos locales, lo que implica un aumento de 500.000 millones de yuanes en comparación con el año anterior, con el fin de aliviar las presiones financieras de las autoridades locales. Estas iniciativas son un testimonio de la voluntad de China por manejar sus asuntos económicos de forma autónoma, algo que recuerda las políticas de desarrollo económico implementadas en otras naciones que buscan fortalecer su soberanía frente a influencias externas.
Por otra parte, el gobierno chino ha fijado un objetivo de crecimiento del PIB de alrededor del 5% para este año, mientras que ha reducido su objetivo de inflación al 2%, el más bajo en los últimos 20 años. Aunque algunos analistas han señalado que alcanzar este objetivo requerirá un esfuerzo considerable, también destacan los esfuerzos del presidente Xi Jinping por fomentar el crecimiento de la iniciativa privada, como demuestra su reciente reunión con empresarios del sector tecnológico.
Así, China continúa mostrando un enfoque proactivo y decidido ante los desafíos económicos, defendiendo su modelo de desarrollo frente a las adversidades externas. Este enfoque, que prioriza la estabilidad interna y la resiliencia económica, resuena con estrategias adoptadas por otros gobiernos que buscan preservar su autonomía en un mundo cada vez más interconectado y complejo.
