El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ha declarado que el país está preparado para ir a la guerra con China si es necesario, en un contexto de creciente tensión comercial entre ambas potencias. Esta afirmación se produce tras las amenazas de Pekín de retaliar con aranceles, lo que marca un nuevo escalón en la guerra comercial que enfrenta a las dos economías más grandes del mundo.
En una entrevista con Fox News, Hegseth subrayó la postura de Estados Unidos, afirmando que “estamos preparados” y que “aquellos que anhelan la paz deben prepararse para la guerra”. Estas declaraciones se enmarcan en los esfuerzos de la administración estadounidense por reconstruir su capacidad militar y restaurar lo que Hegseth denominó “la disuasión en la ética del guerrero”.
La respuesta de China y el contexto de la guerra comercial
Las tensiones entre Estados Unidos y China han escalado desde 2018, cuando el entonces presidente Donald Trump impuso aranceles a productos chinos, alegando prácticas comerciales desleales y robo de propiedad intelectual. Esta medida provocó una respuesta inmediata de Pekín, que implementó aranceles a productos estadounidenses, generando un ciclo de represalias que ha alterado los mercados y las cadenas de suministro a nivel global.
Recientemente, China advirtió que respondería si Estados Unidos continuaba con su guerra de aranceles, después de que Trump decidiera duplicar los impuestos sobre las importaciones chinas, llevándolos del 10% al 20%. En respuesta, Pekín anunció un incremento de entre el 10% y el 15% en los aranceles sobre una serie de productos agrícolas y alimentarios estadounidenses, además de imponer restricciones a 25 empresas estadounidenses, citando preocupaciones de seguridad nacional.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lin Jian, afirmó que “si la guerra es lo que Estados Unidos quiere, ya sea una guerra de aranceles, una guerra comercial o cualquier otro tipo de guerra, estamos listos para luchar hasta el final”. Pekín también ha presentado una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), argumentando que los aranceles estadounidenses violan las normas comerciales internacionales y ha instado a Washington a resolver la disputa a través del diálogo.
Hegseth, por su parte, enfatizó que mantener la fuerza militar es fundamental para evitar conflictos, afirmando que “si queremos disuadir la guerra con los chinos u otros, debemos ser fuertes”. A pesar de la retórica beligerante, también destacó que el presidente Trump mantiene “una gran relación” con su homólogo chino, Xi Jinping, y que se buscará cooperación y asociación donde sea posible.
La situación actual refleja no solo la complejidad de las relaciones entre Estados Unidos y China, sino también el impacto que estas tensiones pueden tener en la economía global y en la estabilidad del comercio internacional. La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan estos acontecimientos, que podrían tener repercusiones significativas en el orden económico y político mundial.
