
La enfermedad cardíaca se ha convertido en la principal causa de muerte entre los gorilas en cautiverio, aunque sus orígenes siguen siendo un misterio. Investigadores de la Universidad de Minnesota, junto a socios nacionales e internacionales, han llevado a cabo un estudio sobre los billones de microbios que habitan en los tractos gastrointestinales de estos primates. Su objetivo ha sido determinar si existe una conexión entre el microbioma intestinal y la enfermedad cardíaca, unos hallazgos que podrían tener implicaciones en la forma en que abordamos los problemas cardiovasculares en la salud humana.
El estudio, recientemente publicado en la revista npj Biofilms and Microbiomes, representa la mayor encuesta realizada hasta la fecha sobre la composición y función del microbioma intestinal en gorilas con enfermedad cardíaca. Este microbioma es fundamental para la salud metabólica, inmune y neurológica. La investigación incluyó gorilas con y sin enfermedad cardíaca en varios zoológicos de EE. UU., así como gorilas de estado de salud desconocido en múltiples zoológicos europeos, y gorilas salvajes de la República Centroafricana que no presentan esta enfermedad.
Hallazgos Clave del Estudio
Los investigadores encontraron varias diferencias significativas:
- Los gorilas en zoológicos de EE. UU. y Europa presentaron microbiomas intestinales muy distintos a los de los gorilas que viven en condiciones silvestres en África Central, lo que sugiere que el entorno y la dieta influyen notablemente.
- Los gorilas con enfermedad cardíaca exhibieron un microbioma intestinal menos diverso en comparación con los gorilas sanos.
- El microbioma de los gorilas enfermos parece tener una menor capacidad de producir compuestos potencialmente beneficiosos y albergar algunas bacterias asociadas a una mala salud intestinal.
- Los gorilas en cautiverio mostraron una mayor diversidad en su microbioma que los gorilas salvajes, probablemente debido a la variedad de alimentos que consumen, lo que aumenta la diversidad microbiana. Sin embargo, los gorilas cautivos con enfermedad cardíaca aún mostraron una menor diversidad y capacidad de metabolizar esos alimentos.
Andres Gomez, profesor asociado en el Departamento de Ciencias Animales, comentó: «Dado que los gorilas son uno de nuestros parientes vivos más cercanos, después de los chimpancés, estos hallazgos muestran que el estilo de vida y la dieta han sido impulsores importantes del microbioma intestinal a lo largo de la evolución humana, influyendo potencialmente en enfermedades modernas, como la enfermedad cardíaca y otras de la llamada ‘enfermedad de la civilización'».
Los investigadores tienen la intención de ampliar el estudio para incluir otras ubicaciones y para identificar marcadores más específicos de salud intestinal comprometida. Además, planean explorar más a fondo los factores dietéticos, ambientales e individuales que modelan el microbioma de los gorilas en cautiverio.
Gomez concluye que «el hallazgo de que las alteraciones del microbioma intestinal pueden ocurrir en enfermedades más allá del intestino, como las cardiovasculares, refuerza la idea de que mantener la salud intestinal es crucial para preservar nuestra salud en general. Esta conexión con la salud intestinal también se ha demostrado en enfermedades mentales, neurológicas, reproductivas e inmunitarias, entre otras».
El estudio ha sido realizado en colaboración con el Great Ape Heart Project, la Sociedad Zoológica de Detroit, la Universidad de Nebraska, la Universidad de Massachusetts Amherst, la Academia Checa de Ciencias y la Universidad Checa de Ciencias de la Vida de Praga.