
La administración de Donald Trump ha intensificado las tensiones comerciales con China al duplicar los aranceles sobre las importaciones chinas, una medida que ha sido calificada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de China como una política “de dos caras”. Este aumento de aranceles, que ha pasado del 10% al 20%, se suma a los impuestos ya existentes sobre miles de productos chinos, lo que ha generado una respuesta contundente por parte de Pekín.
El ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, ha criticado la postura de Washington, afirmando que, a pesar de los esfuerzos de China por ser un socio global confiable y contribuir a la lucha contra la crisis del fentanilo en Estados Unidos, la administración Trump continúa imponiendo sanciones. Wang advirtió que “si una parte ejerce presión ciegamente, China responderá con firmeza”, subrayando que ningún país puede esperar suprimir a China mientras desarrolla buenas relaciones con el país asiático.
Medidas de represalia de Pekín
En respuesta a las nuevas tarifas estadounidenses, el gobierno chino ha implementado aranceles adicionales que oscilan entre el 10% y el 15% sobre diversos productos estadounidenses, incluyendo productos agrícolas y materias energéticas. Además, Pekín ha impuesto restricciones a la exportación y la inversión sobre 25 empresas estadounidenses y ha presentado una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), argumentando que los aranceles de EE. UU. violan las normas del comercio internacional. China ha instado a Washington a resolver sus preocupaciones a través del diálogo.
Wang también ha señalado que Estados Unidos no debería “recompensar la amabilidad con agravios, y mucho menos imponer aranceles sin razón”, haciendo referencia a la “asistencia variada” que Pekín ha proporcionado para frenar el flujo de precursores de fentanilo hacia EE. UU. Washington ha acusado a China de suministrar productos químicos utilizados en la producción ilícita de este opioide sintético.
Las tensiones comerciales entre ambas naciones comenzaron a escalar en 2018, durante el primer mandato de Trump, cuando se impusieron aranceles a los productos chinos bajo la justificación de prácticas comerciales desleales y robo de propiedad intelectual. Esta medida desencadenó una serie de represalias que han alterado los mercados globales y las cadenas de suministro.
En un contexto de creciente competencia tecnológica, Wang advirtió que las bloqueos generan avances y que la supresión impulsa la innovación. Asimismo, criticó las políticas estadounidenses, indicando que las grandes potencias “no deberían intimidar a los más débiles”.