
Un equipo de astrónomos ha realizado un descubrimiento significativo al proporcionar pruebas sólidas de la existencia de un agujero negro supermasivo en la Nube de Magallanes, una de las galaxias más cercanas a la Vía Láctea. Este hallazgo se basa en el análisis de las trayectorias de 21 estrellas en los bordes de nuestra galaxia, que se mueven a velocidades tan elevadas que pronto escaparán a la atracción gravitacional de la Vía Láctea y de otras galaxias cercanas. Estas estrellas han sido denominadas «estrellas hiperveloces».
Los investigadores, liderados por Jesse Han del Centro de Astrofísica de Harvard y Smithsonian, han trazado los caminos de estas estrellas con una precisión extraordinaria. Han observado que aproximadamente la mitad de estas estrellas hiperveloces están asociadas con el agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea, mientras que la otra mitad proviene de un agujero negro gigante previamente desconocido en la Nube de Magallanes.
Un agujero negro vecino
«Es asombroso darnos cuenta de que tenemos otro agujero negro supermasivo justo al lado, en términos cósmicos», destacó Han. «Los agujeros negros son tan sigilosos que este ha estado prácticamente bajo nuestra nariz todo este tiempo». El equipo logró identificar este agujero negro utilizando datos de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea, que ha rastreado más de mil millones de estrellas con una precisión sin precedentes.
Los autores del estudio explican que los agujeros negros supermasivos se forman en sistemas estelares dobles que se acercan demasiado a ellos. La intensa gravedad del agujero negro separa las dos estrellas, atrapando a una en una órbita cercana, mientras que la otra es expulsada a velocidades que pueden superar varios millones de kilómetros por hora, dando lugar a una estrella hipervelocé.
Una parte crucial de la investigación fue la predicción de que un agujero negro supermasivo en la Nube de Magallanes debería crear un grupo de estrellas hiperveloces en una región específica de la Vía Láctea, debido a la trayectoria orbital de la Nube de Magallanes. Los datos del equipo confirmaron la existencia de tal agrupación, lo que refuerza la hipótesis de la influencia del agujero negro vecino.
Los resultados de este estudio también sugieren que las propiedades de las estrellas hiperveloces no pueden explicarse por otros mecanismos, como la expulsión de estrellas tras explosiones de supernova o mecanismos similares pero sin la intervención de un agujero negro supermasivo. «La única explicación que podemos ofrecer para estos datos es la existencia de un agujero negro gigante en nuestra galaxia vecina», añadió Scott Lucchini, coautor del estudio.
Con base en la velocidad de las estrellas y el número relativo de aquellas expulsadas por los agujeros negros de la Nube de Magallanes y de la Vía Láctea, el equipo determinó que la masa del agujero negro en la Nube de Magallanes es aproximadamente 600,000 veces la masa del Sol. En comparación, el agujero negro en el centro de la Vía Láctea tiene alrededor de 4 millones de masas solares.
El estudio ha sido aceptado para su publicación en The Astrophysical Journal, y una versión preliminar está disponible en el servidor de preprints arXiv.