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El océano aterrador de *Last Breath*: la lucha real de los buzos en el North Sea

In Cultura
marzo 07, 2025

La película Last Breath presenta un retrato inquietante del océano, un espacio amplio que, sin embargo, resulta claustrofóbico y potencialmente mortal, incluso para aquellos que mejor lo conocen. Basada en una historia real, narra la lucha de unos buzos de aguas profundas por rescatar a un compañero atrapado a cientos de pies de profundidad en el Mar del Norte, una zona del océano Atlántico famosa por su peligrosidad.

El film ha ganado notoriedad en las redes sociales, especialmente en TikTok, donde imágenes de sus olas traicioneras se han vuelto virales. Para plasmar la atmósfera opresiva del entorno submarino, la producción eligió a Ian Seabrook como director de fotografía, quien cuenta con casi 30 años de experiencia y ha trabajado en películas y series como I, Robot y Shōgun.

Los actores Finn Cole y Simu Liu, que interpretan a los buzos en la película, recibieron una intensa formación para realizar sus propias escenas submarinas de manera segura. Según Seabrook, esto es poco común en la industria: «He trabajado con muchos actores que dicen: ‘Oh sí, me certifiqué en Hawái, estoy listo’. No, esto es completamente diferente», comenta. La complejidad de rodar bajo el agua implica no solo actuar, sino también garantizar la seguridad de los actores, quienes estaban asistidos por buzos profesionales y sistemas de comunicación que permitían al director, Alex Parkinson, hablar con ellos durante las tomas.

El rodaje se llevó a cabo de noche para simular la oscuridad que envuelve a los buzos de saturación en la vida real, aumentando la sensación de claustrofobia. Los actores tenían reglas estrictas sobre el tiempo que podían pasar bajo el agua. La falta de visión periférica al usar el casco de buceo es un desafío que los actores debieron enfrentar. «Una vez que te pones la máscara, no tienes visión periférica. Como actor, si nunca te has puesto un casco de buceo y te das cuenta de que no puedes salir de todo este equipo rápidamente, necesitas tener nervios de acero», explica Seabrook.

La idea inicial de utilizar buzos profesionales y luego sustituir sus rostros por los de los actores con efectos visuales fue desechada por Seabrook, quien estaba «totalmente en contra» de esa opción. Cole y Liu se mostraron dispuestos a asumir el reto. Ambos realizaron un programa intensivo de una semana bajo la supervisión de Abigail Borg, experta en buceo y con un padre que había sido buzo de saturación en el Mar del Norte. Cole contaba con cierta experiencia, mientras que Liu, aunque tenía menos horas de vuelo, terminó enamorándose del buceo.

Seabrook mismo no siempre fue buzo. Su carrera comenzó como fotógrafo de stills, pero se certificó como buzo en la Gran Barrera de Coral en Australia. A partir de allí, comenzó a fotografiar vida marina y su carrera evolucionó hacia el cine. «No había una forma real de aprender a hacer este trabajo, así que simplemente lo fui descubriendo. Llega un momento en la vida, alrededor de los 25 o 26 años, en el que tienes que decidir qué quieres hacer con tu vida, y yo tuve una de esas epifanías», recuerda. «Estaba disfrutando de las olas a lo largo de 90 millas de playa desierta en Nueva Zelanda cuando pensé: ‘bueno, realmente me gusta la fotografía y realmente me gustan las películas, así que seré un cinematógrafo submarino’».

Cada película presenta sus propios desafíos, y Last Breath no fue la excepción. Seabrook afirma que «todo el mundo estuvo presionado de alguna manera, todos los departamentos no tenían suficiente tiempo ni suficiente dinero… pero en una película como esta, tenía que ser preciso». En este sentido, destaca que «nada de ello fue falso». Actualmente, Last Breath se encuentra en los cines.

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