El nuevo contratiempo de SpaceX en el desarrollo de Starship
El reciente intento de lanzamiento del cohete Starship de SpaceX ha culminado en otro revés para la compañía, que esperaba una evolución positiva tras la explosión de su megarocket durante un vuelo de prueba en enero. El 16 de marzo, el sistema Starship, con una altura de 122 metros, despegó desde la base de SpaceX en Brownsville, Texas, a las 6:30 p.m. hora del Este. Sin embargo, poco más de ocho minutos después del lanzamiento, la comunicación con el vehículo de la etapa superior se perdió, marcando un nuevo incidente en el desarrollo de esta ambiciosa misión.
Durante la transmisión en vivo del evento, el gerente de comunicaciones de SpaceX, Dan Huot, confirmó que la misión no continuaría, dado que varios motores de la etapa superior parecían haberse apagado mientras el vehículo seguía acelerando hacia el espacio. Aunque no se ha determinado si la etapa superior se desintegró o en qué punto volvió a entrar en la atmósfera terrestre, Huot aseguró que SpaceX cuenta con medidas para rastrear posibles escombros y que colabora estrechamente con el control del tráfico aéreo.
Este contratiempo se suma al incidente ocurrido en enero, cuando la etapa superior del Starship también perdió comunicación antes de explotar sobre el Caribe, lo que resultó en la caída de escombros en partes de las Islas Turcas y Caicos, aunque sin causar daños ni lesiones. Tras aquella explosión, la Administración Federal de Aviación (FAA) inició una investigación que continúa activa, aunque la agencia permitió el lanzamiento del 16 de marzo. SpaceX ha señalado que, tras investigar el accidente anterior, identificaron como causa probable una fuga de propulsor que provocó incendios en una sección del cohete. Para evitar que esto se repita, la compañía implementó mejoras en la etapa superior, como mayor ventilación en el área afectada.
A pesar de la interrupción del vuelo, el lanzamiento logró un hito significativo: el cohete Super Heavy regresó con éxito a su sitio de lanzamiento y se posó sobre los brazos robóticos de la torre, lo que demuestra la efectividad del maniobra de «captura». Aunque estas pruebas son un paso esencial hacia la reutilización del sistema Starship, las misiones hasta ahora han sido no tripuladas. SpaceX ha indicado que se espera realizar cientos de vuelos de prueba antes de que el megarocket transporte a personas. La Starship, la más potente jamás desarrollada, desempeñará un papel crucial en la misión Artemis III de la NASA, programada para 2027, que tiene como objetivo llevar astronautas a la Luna.
