En la capital serbia, Belgrado, se han producido violentos enfrentamientos entre manifestantes de la oposición y las fuerzas del orden durante una sesión legislativa del ayuntamiento. Según informes de medios locales, los disturbios estallaron cuando los opositores intentaron interrumpir la reunión del Ayuntamiento de Belgrado, lo que llevó a la policía a intervenir.
Imágenes difundidas por la agencia de video Ruptly mostraron a varios decenas de manifestantes bloqueando el tráfico frente al edificio del Ayuntamiento. Los protestantes intentaron superar las barreras metálicas establecidas por la policía, que respondió con el uso de la fuerza para dispersar a la multitud. Durante el altercado, algunos manifestantes lanzaron huevos y bolsas de pintura roja contra el edificio, mientras que otros utilizaron spray de pimienta contra los agentes. Se reportó que al menos un periodista fue agredido al intentar acceder al recinto durante los disturbios.
Las autoridades informaron que ocho policías resultaron heridos y requirieron atención médica, mientras que cinco manifestantes fueron detenidos. La presidenta del Parlamento serbio, Ana Brnabic, condenó los incidentes, calificándolos como un “acto de terrorismo” por parte de la oposición. Sin embargo, destacó que la asamblea logró aprobar las mociones programadas, que incluían revisiones presupuestarias para las empresas de servicios públicos de la ciudad y regulaciones de planificación urbana.
Contexto de la Protesta
Los enfrentamientos del jueves se produjeron dos días después de que los diputados de la oposición interrumpieran una sesión dentro de la Asamblea Nacional de Serbia, lanzando granadas de humo y gas lacrimógeno en protesta contra el gobierno. Durante este incidente, algunos legisladores intentaron asaltar la silla del presidente, lo que resultó en un enfrentamiento con los guardias de seguridad. Dos diputadas resultaron heridas, y una de ellas sufrió un derrame cerebral.
Estas manifestaciones son el resultado de meses de protestas lideradas por estudiantes en contra de la corrupción y la negligencia gubernamental en Serbia. La indignación pública se desató tras el trágico colapso de un toldo en la estación de tren de Novi Sad el pasado noviembre, que dejó un saldo de 15 muertos. Este suceso provocó la renuncia de varios altos funcionarios, incluido el primer ministro Milos Vucevic. Desde entonces, los manifestantes han exigido reformas gubernamentales sistémicas, mientras que la oposición cuestiona la legitimidad del gobierno para aprobar legislación tras la dimisión del primer ministro.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, ha acusado a actores extranjeros de alimentar el descontento para desestabilizar el país. El mes pasado, Vucic afirmó que las fuerzas de oposición estaban colaborando con agencias de inteligencia occidentales, croatas y albanesas para incitar a una “revolución de color” en Serbia, aunque aseguró que su gobierno no cedería ante la presión.
