
El nuevo álbum de Lady Gaga, titulado ‘Mayhem’, marca un retorno a sus raíces pop, aunque esta vez con una estética electropop que recuerda a sus contemporáneos. La artista, conocida por su versatilidad, busca revivir la magia de su debut en 2008 con ‘The Fame’, pero el resultado es un álbum divertido que, sin embargo, se siente más contenido que las obras que definieron su carrera.
El álbum se abre con el sencillo principal ‘Disease’, donde Gaga se adentra en un territorio familiar. Los sintetizadores eufóricos se combinan con un ritmo industrial, creando una atmósfera oscura de electropop, mientras su poderosa voz se alza por encima de la producción. En el segundo tema, ‘Abracadabra’, los ritmos contundentes se mantienen, y la cantante emplea su característico estilo vocal, ofreciendo un estribillo de letras absurdas que evocan la mágica invocación del título junto a una serie de ‘oohs’ y ‘aahs’. Este tema recuerda a ‘Padam Padam’, el éxito sorpresivo de Kylie Minogue de 2023.
Sin embargo, esta referencia se convierte en un punto débil. Al igual que Minogue, cuyo regreso fue recibido con escepticismo, Gaga parece intentar encajar en las tendencias actuales en lugar de ofrecer una nueva propuesta audaz. Aunque es fácil subestimar la influencia de Gaga a lo largo de los años, su irrupción en la escena pop con ‘Just Dance’ fue un verdadero hito. La combinación de visuales futuristas y melodías pegajosas la convirtió en una figura única, situada entre iconos como Madonna y David Bowie.
A lo largo de ‘Mayhem’, los dos sencillos principales no logran igualar la inmediatez de obras como ‘Poker Face’ o ‘Bad Romance’. A medida que avanza el álbum, se pueden identificar temas que, si bien poseen estribillos contundentes y melodías pegajosas, carecen del impacto de sus trabajos previos. ‘Garden of Eden’ y ‘Perfect Celebrity’ ofrecen vislumbres de lo que podría ser un comentario sobre la fama, aunque se siente más como un ejercicio de escritura competente que como una exploración artística profunda.
La primera mitad del álbum se percibe más como un compendio de temas que podrían considerarse «rellenos» que como una colección de hits. A medida que avanza, ‘Killah’ introduce un toque de funk con líneas de bajo y guitarras que reflejan la diversidad de Gaga más allá de su producción pop habitual. Este tema, que culmina en un estribillo frenético, se siente atrevido en comparación con el resto del álbum.
El tema ‘Zombieboy’ combina la energía de su anterior trabajo ‘Chromatica’ con la habilidad de composición vista en ‘Joanne’ y ‘A Star is Born’, pero, lamentablemente, estos destellos de brillantez no se consolidan en algo verdaderamente memorable. Los problemas se ven acentuados por una serie de letras olvidables, donde la provocación y la metáfora brillan por su ausencia. ‘How Bad Do U Want Me’ incluye momentos particularmente incómodos que recuerdan a las letras menos inspiradas de Taylor Swift. De hecho, algunos fans especulan que Swift podría estar involucrada en este tema, aunque esto no se ha confirmado.
El álbum culmina con una colaboración con Bruno Mars en ‘Die With a Smile’, una pista que ya ha ganado reconocimiento por sí misma. Esta canción, que se sitúa en la intersección entre la faceta de compositora de Gaga y el proyecto ‘Silk Sonic’ de Mars, destaca como un clásico en su propio derecho, pero resulta un anacronismo dentro de un álbum que, en su mayoría, se siente monótono.
A través de ‘Mayhem’, Gaga intenta recuperar su estatus como líder del zeitgeist cultural. Pocas artistas tienen la oportunidad de marcar una era como lo hizo Gaga en los años 2000. Su música, que abrazó sintetizadores, sexo y estrellato, ha sido imitada por figuras como Taylor Swift y Beyoncé. Mientras que Gaga mantuvo su relevancia con su segundo álbum ‘Born This Way’, en lugar de conformarse con retornos cada vez más reducidos, demostró su talento artístico con álbumes cada vez más únicos. ‘Artpop’ y ‘Chromatica’ son considerados joyas infravaloradas de la experimentación pop, y sus colaboraciones con Tony Bennett muestran su versatilidad.
A pesar de sus virtudes, ‘Mayhem’ señala un momento en el que Gaga parece mirar hacia atrás en lugar de avanzar. Aunque no es un mal álbum, carece de la revolución musical que se podría esperar de un lanzamiento de esta artista icónica.