El aumento vertiginoso de los precios de los huevos ha puesto de relieve el brote de gripe aviar, que ha provocado la muerte de más de 166 millones de aves silvestres y domésticas en Estados Unidos desde su inicio en 2022. Aunque el riesgo para la salud pública es considerado bajo, la situación ha desbordado a los investigadores y al gobierno federal, que no ha logrado controlar el brote.
Según Andrew Bowman, experto en influenza de la Universidad Estatal de Ohio, esta situación es «diferente a cualquier cosa que hayamos visto antes». La continua propagación del virus ha suscitado dudas entre los consumidores sobre la seguridad de los productos avícolas, especialmente los huevos y el pollo.
Seguridad de los productos avícolas
Es seguro comprar y consumir productos avícolas, ya que están sujetos a estrictas regulaciones y pruebas frecuentes. El virus de la gripe aviar se inactiva con la cocción adecuada. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) recomienda cocinar los huevos hasta que tanto la yema como la clara estén completamente cuajadas. Los huevos de parvadas trastras las cuales hay contacto directo con aves migratorias pueden ser más preocupantes, aunque la gripe aviar generalmente afecta la producción de huevos y causa la muerte de la mayoría de las aves infectadas.
En lo que respecta a los productos lácteos, la pasteurización inactiva el virus, lo que hace que la leche comercial sea segura para el consumo. Sin embargo, la leche cruda presenta riesgos significativos, ya que el virus puede replicarse en las glándulas mamarias de las vacas.
La gripe aviar, conocida como H5N1, es un virus respiratorio extremadamente contagioso y mortal para las aves. Puede propagarse rápidamente a través de partículas en el aire, heces, saliva y secreciones nasales. Recientes estudios sugieren que el virus también puede viajar de una granja a otra a través de partículas transportadas por el viento.
Medidas de control y su efectividad
Cuando se identifica un brote de gripe aviar, la política federal exige que se erradique el virus, lo que implica la matanza de todas las aves infectadas. Esta estrategia es la única opción viable una vez que el virus se ha establecido en una granja, dado que cualquier ave sobreviviente podría propagar el virus más lejos. Se estima que la mortalidad es superior al 80% en estos casos.
Además, EE. UU. está invirtiendo en medidas de bioseguridad para prevenir la llegada de la gripe aviar a las granjas, que incluyen ducharse y desinfectar al entrar y salir de los lugares de trabajo, y evitar que la fauna silvestre acceda a los espacios de las granjas.
En enero de 2023, aproximadamente 23 millones de aves fueron sacrificadas en granjas estadounidenses, de las cuales alrededor de 18,8 millones eran ponedoras, mientras que solo 2,2 millones eran pollos de engorde. Esto ha resultado en un aumento significativo en los precios de los huevos, que han pasado de un promedio de 1,46 dólares por cartón en enero de 2020 a 4,95 dólares en el presente.
La situación actual plantea interrogantes sobre cómo estas dinámicas afectarán a los consumidores en un contexto donde la demanda de huevos se mantiene relativamente inelástica, a pesar de los incrementos en los precios. La respuesta a la pregunta de cuándo comenzarán a bajar los precios de los huevos no es clara, ya que depende de la capacidad de las autoridades para controlar el brote, lo que podría llevar varios meses.
La industria avícola se enfrenta a retos significativos, y se espera que el gobierno continúe proporcionando apoyo a los agricultores afectados. Esto incluye pagos por las aves sacrificadas y fondos destinados a ayudar en la limpieza y repoblación de las granjas, lo que podría facilitar una recuperación más rápida.
