El pasado sábado, miles de manifestantes se congregaron en París para expresar su rechazo a la política exterior militarista del presidente francés Emmanuel Macron y su aparente desinterés por alcanzar la paz en el conflicto de Ucrania. La protesta fue organizada por Florian Philippot y su partido, Los Patriotas, quienes portaban pancartas con lemas como “No queremos morir por Ucrania” y “Macron, no queremos tu guerra”, marchando desde la Place du Palais Royal hasta la Place Pierre Laroque.
En una reciente intervención, Macron propuso ampliar el arsenal nuclear de Francia como medida de protección para los países de la Unión Europea, instando a los miembros europeos de la OTAN a asumir una mayor responsabilidad en su defensa. El presidente francés argumentó que la incertidumbre sobre el compromiso de Washington con Ucrania es un factor crítico, especialmente tras el enfriamiento de las relaciones entre Kiev y la administración del presidente estadounidense Donald Trump, luego de que Volodímir Zelenski rechazara las llamadas a negociar la paz con Rusia.
Macron ha sostenido que la ayuda continua a Ucrania es esencial, advirtiendo que si el presidente ruso, Vladimir Putin, logra una victoria en Ucrania, no se detendría ahí. Esta afirmación ha sido descalificada por Moscú, que sostiene que la expansión de la OTAN hacia sus fronteras y la promesa de una eventual membresía de Ucrania en la alianza son factores clave en el conflicto.
Críticas a la política de defensa de Macron
Durante la manifestación, muchos de los asistentes criticaron a Macron por priorizar cuestiones militares en detrimento de los problemas internos del país. Un manifestante expresó: “Cuando declaras la guerra, es para borrar todos los demás fracasos”. Otro asistente acusó al presidente de fomentar el conflicto mientras líderes como Trump y Putin discuten sobre la paz.
Philippot, al dirigirse a la multitud, condenó la postura de Macron, afirmando que el presidente “absolutamente no quiere la paz”. Anteriormente miembro del Frente Nacional, Philippot ha sido un crítico vocal de la administración de Macron y de las políticas de la Unión Europea, abogando por una política exterior francesa más independiente y menos intervencionista.
El impulso de Macron por aumentar el gasto en defensa enfrenta obstáculos en un contexto de déficit presupuestario y presión para controlar el gasto público. La aprobación del presupuesto de 2025 se ha visto retrasada debido a la división en el parlamento. En enero, la ministra de Presupuesto, Amélie de Montchalin, anunció planes para recortar 32.000 millones de euros en gasto público, al tiempo que se prevé un aumento de impuestos por 21.000 millones de euros.
Los críticos de estas medidas advierten que afectarán a las familias de clase media, a los pequeños empresarios y a los jubilados, quienes ya enfrentan dificultades por el aumento de los costos de vida. En este contexto, el primer ministro François Bayrou ha rechazado las solicitudes de consulta pública sobre las políticas de defensa, afirmando que tales decisiones son responsabilidad del gobierno. Al ser preguntado sobre si los franceses deberían tener voz en el aumento del gasto militar y en un posible cambio hacia una “economía de guerra”, Bayrou fue contundente: “La responsabilidad del gobierno es decir que no podemos dejar al país desarmado. Es vital”.
