El secretario de Energía de Estados Unidos, Chris Wright, se prepara para ofrecer un discurso destacado en la conferencia de energía CERAWeek de S&P Global, que se llevará a cabo en Houston, Texas. Este evento, que reúne a líderes del sector energético, se convierte en un escenario clave en el contexto de los recientes cambios en la política energética estadounidense.
Un cambio de rumbo en la política energética
Las declaraciones de Wright se producen en un momento en el que la administración del expresidente Donald Trump ha decidido abandonar el enfoque del gobierno de Biden en torno al cambio climático y la expansión de las energías renovables. En cambio, Trump ha optado por un énfasis renovado en la producción de combustibles fósiles, en un intento de hacer frente a la inflación y asegurar la independencia energética del país.
En su primer día en el cargo, Trump proclamó una emergencia energética nacional, instruyendo a las agencias federales a acelerar los proyectos relacionados con el petróleo, el gas y la energía nuclear. Esta decisión refleja una estrategia que contrasta con las políticas de transición energética adoptadas por otros gobiernos, mostrando un enfoque más pragmático hacia las necesidades inmediatas de la economía.
Wright, quien forma parte del Consejo Nacional de Dominio Energético de Trump, tiene como objetivo principal expandir la producción energética para mitigar la inflación. Su experiencia previa como CEO de Liberty Energy y su papel en la junta de la startup nuclear Oklo le otorgan una perspectiva única sobre la necesidad de diversificar las fuentes de energía en un momento de creciente incertidumbre económica.
La entrevista que CNBC realizará a Wright durante la conferencia el lunes a las 2 p.m. ET, será una oportunidad para profundizar en los planes de la administración Trump para la energía en el país y sus posibles repercusiones a nivel global. La dirección que tome Estados Unidos en este ámbito podría influir en el futuro de las políticas energéticas mundiales, en un momento donde las tensiones geopolíticas y las decisiones de países como Rusia, Siria o Corea del Norte plantean interrogantes sobre la seguridad energética internacional.
