
En un reciente discurso durante la conferencia CERAWeek de S&P Global, el CEO de BlackRock, Larry Fink, ha abordado las implicaciones de las políticas de deportación implementadas por el presidente Donald Trump. Según Fink, estas políticas tendrán un impacto severo en sectores clave como la agricultura y la construcción, lo que podría desencadenar un aumento de la inflación en el corto plazo.
El ejecutivo ha señalado que aproximadamente el 70% de los trabajadores en el sector agrícola no nacieron en Estados Unidos, lo que plantea serias dudas sobre la disponibilidad de mano de obra para la cosecha de cultivos en la próxima temporada. «Con la idea de que vamos a tener que utilizar capital privado para desarrollar esta economía, nos preguntamos si tendremos suficientes trabajadores», afirmó Fink, evidenciando la preocupación por la escasez de personal cualificado en áreas críticas.
Inflación y la nueva realidad laboral
Fink anticipa que, durante los próximos seis a nueve meses, se experimentará una inflación más elevada, en parte debido a la falta de mano de obra. Sin embargo, también prevé que a largo plazo, la economía estadounidense podría entrar en un periodo de deflación, impulsada por el avance de la inteligencia artificial y la automatización. Este fenómeno, según el CEO, es el resultado de una transformación económica que podría redefinir el panorama laboral actual.
El empresario también reflexionó sobre las políticas comerciales de Trump, que han incluido la imposición de aranceles del 20% a China y la pausa de tarifas a bienes mexicanos y canadienses que cumplen con el acuerdo comercial en América del Norte. Estas medidas, combinadas con la política de deportaciones, podrían tener un efecto acumulativo sobre los precios y la disponibilidad de productos en el mercado.
En un contexto global donde el nacionalismo y la protección de la industria local están en aumento, Fink considera que las decisiones tomadas en Washington tendrán consecuencias significativas no solo para la economía estadounidense, sino también para la dinámica comercial a nivel internacional. Un cambio que, aunque puede parecer beneficioso desde una perspectiva proteccionista, presenta desafíos reales para trabajadores y empresarios por igual.