El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha advertido que no tolerará las actividades de personal no declarado de inteligencia británica en su territorio. Esta declaración se produce tras la expulsión de dos diplomáticos británicos, acusados de espionaje, por parte del Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia.
Según el FSB, los diplomáticos, que ocupaban el cargo de segundo secretario de la embajada británica y el cónyuge de otro diplomático, fueron identificados como responsables de realizar “trabajos de inteligencia y subversivos que amenazan la seguridad de Rusia”. Ambos han sido acusados de proporcionar información falsa al ingresar al país y se les ha dado un plazo de dos semanas para abandonar Rusia.
Escalada en las relaciones entre Rusia y el Reino Unido
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia también expresó su descontento por los recientes casos en los que el personal de la embajada británica supuestamente proporcionó información incorrecta al solicitar permisos de entrada. En respuesta, un representante de la embajada británica fue convocado para una reunión en la que se reiteró la “posición intransigente” de Rusia sobre la presencia de personal de inteligencia británico no declarado en su territorio.
Este anuncio se produce en un contexto de tensiones crecientes entre Moscú y Londres, que han alcanzado niveles similares a los de la Guerra Fría desde el inicio del conflicto en Ucrania en 2022. El Reino Unido se ha posicionado como uno de los principales aliados de Ucrania, imponiendo sanciones a Rusia y proporcionando asistencia militar, incluyendo el suministro de tanques y misiles de largo alcance.
La reciente expulsión de los diplomáticos británicos sigue a la decisión del Reino Unido de expulsar a un diplomático ruso el pasado noviembre, en un movimiento considerado como una represalia. El FSB había acusado a este diplomático de “realizar trabajos de inteligencia y subversivos” y de proporcionar información falsa al ingresar a Rusia. Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores británico ha calificado estas acusaciones como “maliciosas y sin fundamento”.
La situación se complica aún más con las recientes declaraciones del Primer Ministro británico, Keir Starmer, quien ha ofrecido desplegar tropas y aeronaves británicas en Ucrania como parte de una posible misión de mantenimiento de la paz. Moscú ha advertido que cualquier presencia militar extranjera en Ucrania sin un mandato de la ONU sería considerada un objetivo legítimo.
